Tercera parte de la trilogía:

Los fantasmas del Tabor

De la colección: Historias de Tomás y María

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jueves, 7 de octubre de 2010

CAPÍTULO 2, EL AVE FÉNIX

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No sé cómo tienes configurada la pantalla, pero si puedes ver 5 o más pájaros volando en la parte alta, podrás ver que en el margen derecho (tu derecha) están las distintas entradas que corresponden a los 16 capítulos y la introducción. Para acceder a cualquiera de ellos sólo tienes que hacer clic en el capítulo que te interese. No olvides la introducción. El capítulo 1 está en septiembre.


Carmen no podía dar crédito a lo que había visto y oído, pero decidió hacer caso a lo que le pedía su marido, aunque se hubiese presentado ante ella como un fantasma. Cuando el otro avión se situó en posición para observar el ala izquierda del que pilotaba Carmen, la luz había desaparecido. Los radares indicaban que aquel objeto, estático hasta entonces, se movía ahora con gran velocidad alejándose de la ruta de la escuadrilla, así que Carmen dijo a sus compañeros que la luz debía deberse a un extraño reflejo. Por supuesto, no comentó que había visto y oído a su marido, y, como no tenía sentido perseguir a un objeto que se movía a una velocidad muy superior a la alcanzable por sus aviones, todos regresaron a la base, donde se limitaron a añadir en el informe correspondiente a la extinción del incendio forestal, la aparición en los radares de un objeto volador no identificado.

Carmen estaba segura de que había sufrido una alucinación, posiblemente por fatiga, pero por si acaso, cambió sus planes y volvió a casa en lugar de acudir a la de sus padres.

La ciudad estaba rodeada por tres autopistas concéntricas: La primera estaba al borde de la muralla, que aún conservaba la parte romana, construida por Julio César, en el siglo I antes de Cristo, y que había sido ampliada en varias ocasiones para permitir el crecimiento de la ciudad a medida que el meandro del río iba desplazándose hacia el oeste. Esta muralla sirvió para proteger a la ciudad de las grandes avenidas del río Betis, hasta que se construyeron los embalses que domesticaron al río. La segunda, de seis carriles en cada sentido, se encontraba a dos kilómetros de la primera, y entre ambas estaban las viviendas de la mayor parte de la población. Mil metros más alejada del centro de la ciudad, se encontraba la tercera, cuya función era desviar de la ciudad a los vehículos que iban de paso. Entre la segunda y la tercera, se encontraba la gran corona verde, un parque peri urbano de un kilómetro de ancho, poblado de bosques de encinas, alcornoques y pinos, entre los que estaban situadas las piscinas, campos de fútbol y otras muchas instalaciones deportivas para el recreo de los hispalenses.

La casa de Carmen, era un chalet que estaba en las afueras de la ciudad, cerca del tercer anillo de circunvalación, al igual que la base aérea, pero situada en un punto casi diametralmente opuesto a ésta.

Carmen conducía un pequeño vehículo biplaza, que impulsado por sus motores eléctricos, circulaba a cien kilómetros por hora, por la autopista del tercer anillo, y entre los grandes camiones propulsados por motores de hidrógeno, parecía un conejo entre una manada de elefantes. Conectó el piloto automático y llamó a casa de sus padres para decirles que no podría llegar a la hora prevista.

־ ¿Cuánto vas a tardar?

־ No puedo decírtelo con exactitud. Espero que menos de una hora, pero si surgen complicaciones tal vez ni siquiera pueda ir.

־ Sería una pena porque ha venido tu bisabuelo.

־ Puedo hablar con él.

־ Ahora está jugando al golf con tu padre.

El bisabuelo de Carmen tenía noventa años, pero podía moverse con agilidad gracias al uso de un exoesqueleto mecánico, una liviana armadura que sostenía su espalda y abrazaba sus extremidades, a las que movía con pequeños motores eléctricos alimentados por una batería que portaba en una mochila. Para nada era un artilugio pesado ya que no era el hombre quien portaba al exoesqueleto, sino el exoesqueleto el que portaba al hombre.

־ Bueno, intentaré resolver las cosas cuanto antes para poder reunirme con vosotros. Si no, ya te volveré a llamar.

Cuando llegó a su casa, encontró junto a la puerta la misma imagen que, apenas una hora antes, había visto sobre el ala de su avión. Era un holograma de Eloy, su marido.

- ¿Qué es esto?- preguntó sorprendida, pero segura de que la fatiga no era la causa de aquella aparición.

- Se trata del “Ave Fénix”- contestó el holograma de Eloy.

Eloy era ingeniero aeronáutico y había participado en el desarrollo del FF-24, pero los últimos años los había pasado trabajando en un proyecto secreto llamado Ave Fénix, que sólo conocían él y su mujer, o al menos, ella lo creía así, pero ahora iba a comprobar que la parte principal del proyecto había permanecido oculta incluso para ella.

El Ave Fénix era una nave que utilizaba como fuente de energía el Sol y el campo magnético de la Tierra, es decir, unas fuentes inagotables. Era capaz de permanecer estática flotando en el aire y también de navegar por debajo del agua. Estaba construida con una aleación especial que la hacía resistente al fuego y a cualquier tipo de impacto. Era por ello que Carmen creía que se trataba de un arma especial para la lucha contra los incendios forestales, y había apoyado a su marido en la primera etapa de su investigación. Sin embargo, su interés por la investigación cesó cuando su marido dotó a la nave de un sofisticado sistema de captación de imágenes, y reproducción de las mismas a través de hologramas, pues a su parecer, ello retrasaría demasiado la puesta en servicio de lo que podía ser un poderoso instrumento en la lucha contra el fuego, y que ella estaba deseando usar cuanto antes.

- Bien, aquí me tienes, supongo que querrás comunicarme que el Ave Fénix está por fin terminada. Éste es el regalo que me haces por el día de mi onomástica, ¿verdad?

- Efectivamente, quiero hablarte del Ave Fénix. En la caja fuerte tienes una copia en papel del proyecto completo, es decir, con la última fase, que es absolutamente nueva para ti.

- ¿Qué otro accesorio inútil le has puesto a la nave? -contestó Carmen, visiblemente enojada, ya que sabía que ello había retrasado más de un año su utilización.

- Esta nave es capaz de viajar en el tiempo.

La expresión de enfado que había en la cara de Carmen cambió radicalmente, mostrando en un instante sorpresa, incredulidad y, a la vez, una tremenda esperanza de que efectivamente fuese verdad lo que le decía su marido, ya que si la nave pudiese retroceder en el tiempo, aunque fuese sólo una hora, se podrían atacar los incendios en su inicio, haciendo muy fácil su extinción.

- Si realmente funcionase, sería el mejor regalo que me podrías hacer.

- En teoría es capaz de viajar al pasado, pero nunca lo he hecho, porque aún no he resuelto el problema de viajar al futuro, y necesito hacerlo para poder volver al presente.

- No te preocupes, estoy segura de que lograrás resolverlo, pero ¿por qué me has hecho venir a casa? Esto mismo me lo podrías haber dicho en casa de mis padres, y en persona, no a través de un holograma.

- El motivo ha sido que, aunque mi intención inicial era regalarte la copia que está en la caja fuerte, ha surgido algo que me obliga a pedirte que la quemes ahora mismo y destruyas sus cenizas arrojándolas por el inodoro.

- ¿Qué ha ocurrido?

La humanidad había vivido una larga etapa de paz y progreso desde que Jesús anunció su mensaje de amor. La presencia visible de su espíritu entre los hombres había mantenido viva la fe en su palabra, pero el descubrimiento del holograma hizo dudar a la gente, ya que era fácil hacer aparecer imágenes de Jesús promulgando mensajes contradictorios, que podían resultar muy beneficiosos para aquél que los emitía. El periodo de paz terminó y la humanidad se dividió en dos bandos, que mantenían un equilibrio inestable de poder apoyados en el uso, con fines bélicos, de una energía que hasta entonces había proporcionado al ser humano una gran cantidad de beneficios, la energía nuclear.

- Uno de los dos bandos ha descubierto mi proyecto y pretende robármelo.

- ¿Qué podemos hacer para evitarlo?

- Inicialmente pensaba viajar al pasado para tratar de impedir el desarrollo de la energía nuclear, pero eso me iba a resultar muy difícil y nos privaría de los muchos beneficios que se han derivado de esa tecnología, por ello creo que sería más fácil y eficaz impedir el descubrimiento del holograma.

- Pero tendrás que dar un salto de cien años atrás y aún no sabes como volver.

- Ya encontraré la forma, es solo un problema de programación.

- No lo hagas. Es demasiado arriesgado.

- He tomado todas las medidas necesarias para garantizar mi seguridad.

- ¿Cuáles son esas medidas de seguridad que vas a tomar?

- Nunca saldré de la nave que, si fuese preciso, dispone de todo lo necesario para sobrevivir. Su rayo láser me permitirá cazar, y un brazo articulado me permitirá alcanzar las frutas de los árboles, aunque no es mi intención estar demasiado tiempo sin volver al presente.

- ¿Qué harás si al llegar al pasado quedas aprisionado en el interior de alguna edificación que esté ocupando el espacio del que partiste?

- Ya he pensado en ello y por eso he impuesto la condición de estar situado a mil metros de altura en el momento de iniciar un viaje en el tiempo.

- Si actúas sobre los hechos producidos en el pasado, podrías cambiar el presente de forma irreversible.

- Yo pienso que la historia es como un río que corre por su cauce y que cualquier pequeña actuación en un punto de su curso tendrá poca influencia río abajo, e incluso las grandes actuaciones que se realicen en las proximidades de su nacimiento, afectarían muy poco a lo que pase en su desembocadura.

- Son dos teorías opuestas que por supuesto nadie ha podido comprobar, pero por si acaso soy yo la que tiene razón, será mejor que te limites a pequeñas actuaciones. Prométeme que nunca matarás a nadie, ni tampoco salvarás la vida de alguien que esté a punto de morir, aunque te resulte muy sencillo y por muy justo que te parezca.

- No creo que debas preocuparte tanto. Me esconderé durante algún tiempo y, hasta que no encuentre la forma de volver al presente, no realizaré mi viaje al pasado para impedir el descubrimiento de los hologramas. Cuando vuelva, el mundo estará en paz y mi invento será un arma eficaz contra los incendios forestales.

- Cuando vuelvas querría saber todo lo que te haya pasado, así que me gustaría que grabases un diario de a bordo, donde todas las noches registrases los acontecimientos de esa jornada. Yo estaré esperándote, y para que no te olvides, me gustaría que llevases siempre este anillo.

Dijo Carmen, mostrándole una sortija que llevaba siempre y que había pasado de madres a hijas durante varias generaciones de su familia.

- Querría que lo llevases contigo y además querría darte un beso de despedida.

La nave de Eloy salió de la nube que la ocultaba y se acercó para que éste pudiese despedirse de su esposa y alcanzar el anillo que le ofrecía. El Ave Fénix era como un gran tetraedro plateado de unos cinco metros de lado, con una franja transparente de dos metros de altura en la zona central, en la que se podía ver a Eloy pilotando aquel extraño artefacto. Se acercaba lentamente hacia la casa sin hacer ningún tipo de ruido. Un sonido lejano, rompió el silencio reinante hasta aquel momento y, entonces, Carmen vio como se abría la puerta delantera derecha de una furgoneta negra, que se encontraba estacionada a unos doscientos metros de la entrada a su casa, y salía de ella un hombre que rápidamente se dirigió a la parte posterior para abrir el portón trasero. Unos minutos antes, cuando estaba llegando a su casa, se había extrañado de ver aquella furgoneta estacionada en una zona donde no había ningún edificio, pero estaba demasiado confusa por la extraña aparición de su marido y no le dio mayor importancia.
Carmen veía, admirada, como se aproximaba la nave que había construido su marido, pero sin dejar de observar lo que hacía el hombre que había salido de la furgoneta negra y que ahora estaba apuntando a la nave con un tubo como si tratara de verla con un gran catalejo. Trató de advertir a Eloy, pero era demasiado tarde. Una nube de humo salió por la parte trasera del tubo que sostenía aquel hombre, mientras por la boca del tubo salía un proyectil que volaba rápidamente hacia el Ave Fénix.

- ¡Cuidado te han lanzado un misil por estribor!

Eloy miró a su derecha y, al darse cuenta de que iban a derribarlo, inició una brusca maniobra de evasión, acelerando al máximo y elevándose para tratar de evitar la inminente colisión, pero el misil modificaba su trayectoria y perseguía al Ave Fénix acercándose peligrosamente a ella. Carmen pudo ver con horror, como el misil llegaba hasta el lugar donde se encontraba la nave y se producía una gran explosión.




CÓMO SE HIZO LA NOVELA
LA HISTORIA DE ELOY
CAPÍTULO 2


Al llegar las vacaciones de Navidad, la pequeña María estaba deseando escribir otra aventura con su padre. Por supuesto, tendría que ser continuación de la que escribieron en las vacaciones de verano. Allí, la protagonista era una mujer muy parecida a su madre y, al final de la aventura había aparecido el marido de la protagonista que, naturalmente María quería que participase en este segundo capítulo y que se pareciese a su padre.

- En esta aventura tiene que participar el marido de Carmen, y tiene que ser como tú.

- Me parece bien que él participe en la aventura, pero no me parece buena idea el que se parezca a mí. Un escritor que se convierte en personaje de uno de sus libros, corre el riesgo de hacerse protagonista principal y absoluto, olvidándose de los demás y convertirse en el bueno de la historia. Yo pienso que cualquier personaje, como cualquier persona, debe tener actuaciones buenas y malas, acertadas y erróneas, que hay que darles a todos la oportunidad de desarrollarse, expresarse y realizarse.

- Pero se llamará Tomás como tú.

- Ni siquiera dejaré que se llame como yo, y no describiremos sus características físicas, para que cada lector se haga su propia idea.

- Estoy de acuerdo, pero no podemos dejar que cada lector se haga su propia idea respecto a las características de su alma.

- Este personaje va a manejar una máquina del tiempo, y eso conlleva una gran responsabilidad. Si viaja al pasado, cada una de sus actuaciones podría repercutir en la vida de los que ha dejado en el presente, y en su propia vida si es que consigue regresar. La duda estará presente en todas sus decisiones, y hay quien dice que ante la duda lo mejor es abstenerse, pero él no podrá acogerse a esa opción. Se sentirá como alguien que desciende por un río de aguas turbulentas y que constantemente tiene que estar tomando decisiones. Tendrá la seguridad de que algunas de sus decisiones, posiblemente muchas, van a ser erróneas, y a la vez, tendrá la incertidumbre de no saber cuáles han sido las acertadas y cuáles las erróneas. Esta duda permanente supondrá un tormento tan grande para su alma, que no sé si podrá resistirlo. Si no queremos que acabe suicidándose, tendremos que encontrar la forma de librarlo de esa tortura.

- ¿Por qué lo matas al final del capítulo? Es cierto que así lo libraremos de la tortura, pero nos hemos quedado sin un personaje que, en mi opinión debiera ser uno de los principales protagonistas.

- Cuando Eloy dice: “Yo pienso que la historia es como un río que corre por su cauce y que cualquier pequeña actuación en un punto de su curso tendrá poca influencia río abajo, e incluso las grandes actuaciones que se realicen en las proximidades de su nacimiento, afectarían muy poco a lo que pase en su desembocadura”, está intentando librarse de su responsabilidad y, por tanto de su tortura. En cuanto a la forma de acabar el capítulo, creo que nos motivará para empezar la redacción del siguiente. De aquí a las próximas vacaciones pensaremos qué podemos hacer.

- Hay algunas cosas que aparecen en este capítulo, que no entiendo muy bien, y me gustaría que me las explicases. ¿Por qué describes la forma de la ciudad, y por qué mencionas el vehículo eléctrico, los motores de hidrógeno y eso tan raro de exoesqueleto? Y sobre todo ¿qué es un holograma?

- Quiero destacar que, desde que Jesús empezó a predicar su mensaje, la humanidad había vivido un periodo de 1900 años de paz. Por eso las ampliaciones de la muralla eran simplemente para defenderla de las avenidas del río. De hecho la ciudad se llama Híspalis porque ese nombre latino significa sobre palos, y así es como estaba la ciudad cuando llegaron los romanos, ya que, según cuenta la leyenda: Hércules tuvo la idea de construir los edificios sobre palos para que así quedasen a salvo de las inundaciones que se producían en esta zona todos los otoños, pero Julio César quiso construir aquí una ciudad al estilo romano y para ello tuvo que protegerla del río con una muralla. En cuanto al cinturón verde, que rodea la ciudad entre las autopistas dos y tres, y el uso de motores no contaminantes como los eléctricos y los de hidrógeno, son ideas ecologistas que ya están inventadas pero que no se han llegado a desarrollar en nuestro mundo pero que tendrían que existir en un mundo mejor, como es el de nuestra novela. Respecto al exoesqueleto y los hologramas, me gustaría explicártelo cuando hallamos avanzado más en la novela, para entonces habrán pasado varios años y lo podrás comprender mejor.

Ocho años más tarde, cuando María tenía catorce, Tomás se conectaría a INTERNET y le mostraría a María los siguientes artículos.


“25-Octubre-2004: Lokomat, un exoesqueleto para personas con parálisis motriz.
Hasta ahora las personas con parálisis motriz debida a daños en la columna vertebral solo podían desplazarse con sillas de ruedas motorizadas, pero un nuevo dispositivo, llamado Lokomat, podría abrirles unas nuevas puertas a la esperanza.

Este dispositivo es una especie de exoesqueleto que, una vez fijado a las piernas del paciente, le permite desplazarse bípedamente aunque sea a velocidades muy reducidas.

Pero no solo acaba ahí su uso, sino que también sirve para que el paciente ejercite sus piernas, aumentando su masa muscular. Con el Lokomat la rehabilitación se hará mucho menos pesada puesto que reduce la necesidad de tener varios fisioterapeutas que muevan los músculos y piernas de los pacientes ya que de ello se encargará este exoesqueleto automáticamente”.


“Holograma, método de obtener imágenes fotográficas tridimensionales. Las imágenes se crean sin lente alguna, por lo que esta técnica también se denomina fotografía sin lente. Las grabaciones reciben el nombre de hologramas (en griego, holos, 'todo'; gram, 'mensaje'). Los principios teóricos de la holografía fueron desarrollados por el físico británico de origen húngaro Dennis Gabor en 1947. La primera producción real de hologramas tuvo lugar a principios de la década de 1960 una vez disponible el láser. A finales de la década de 1980 se comenzó la fabricación de hologramas en color”.