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Eloy había dejado a José, en manos de los mercaderes de esclavos, camino de Egipto. Le hubiese gustado seguir ayudándole, pero seguir hacia adelante en su viaje al futuro era lo más importante, y esta vez logró un largo avance. Muchas generaciones de israelitas habían pasado, y el recuerdo de Abraham y su familia posiblemente hubiese desaparecido de sus mentes, pero él quiso visitar al pueblo de Israel y volvió al lugar donde lo había dejado. Como había sospechado, nadie en aquel lugar recordaba nada de Jacob, así que decidió viajar a Egipto en busca del rastro de los descendientes de José. Grande fue su sorpresa al comprobar que todos los descendientes de Abraham eran ahora esclavos de Egipto. Supo de un israelita llamado Moisés, que había llegado a ser príncipe de Egipto, pero que, por querer ayudar a su pueblo a salir de la esclavitud, fue desterrado y abandonado en el desierto del Sinaí. No le fue difícil a Eloy encontrar a Moisés, ya que en el desierto del Sinaí sólo vivían unas cuantas familias de cabreros, y un hombre que ha sido educado en los palacios de Egipto se distingue fácilmente de otro que ha pasado la vida entre rebaños, por muy bien disfrazado de pastor que esté.
Lo encontró cerca del monte Sinaí, que era sagrado, para los habitantes de aquella zona, y estaba vedado, ya que creían que allí habitaba Dios.
Un día en que Moisés estaba apacentando su rebaño, cerca del monte Sinaí, Eloy se valió de la tecnología de su nave para separar del rebaño a una de las cabras y llevarla hacia el monte por medio de sonidos agudos perfectamente dirigidos hacia la cabra seleccionada. Cualquier otro pastor hubiese abandonado la cabra por no romper el tabú, que prohibía acercarse al monte sagrado, pero Moisés no estaba dispuesto a perder una cabra por respetar algo en lo que no creía, así que siguió a la cabra para recuperarla. Cuando por fin alcanzó a la cabra, Eloy iluminó, con rayos láser una zarza que había en las proximidades. Moisés creyó que la zarza estaba ardiendo, por la extraña luz que brillaba a su alrededor, pero por otro lado, veía que la zarza no se consumía con las llamas. Aquel fenómeno, que se apartaba claramente de las leyes naturales, le hizo pensar que efectivamente estaba profanando un lugar sagrado. Se quitó las sandalias y se arrodilló en señal de humildad. Eloy se comunicó con él y le conminó a que volviese a Egipto para salvar de la esclavitud al pueblo hebreo. Le ayudó en la tarea de rescatar a su pueblo, valiéndose de múltiples efectos, que podía producir gracias a la tecnología de su nave, hasta conseguir que el faraón Ramsés II accediese a las peticiones de Moisés. Pero cuando éste hubo salido de Egipto y se dirigía hacia el Sinaí, los ministros del faraón lo convencieron de que no podían renunciar a tal cantidad de esclavos, y el ejército salió en busca de Moisés. Eloy había previsto esta circunstancia, y como no podía usar sus armas por falta de energía en su nave, había estudiado la ruta de escape y había descubierto una gran barra de arena, que quedaba sobre la superficie del mar en los momentos de marea baja, permitiendo que fuese cruzado sin ni siquiera mojarse los pies. Así que dijo a Moisés que se dirigiese hacia el mar y precisamente hacia ese punto. Cuando llegaron, estaba ya bien entrada la noche, y la arena de la playa, que todavía estaba caliente, les pareció un lugar agradable para descansar.
Al amanecer quedaron atónitos al contemplar una gran barra de arena, que cruzaba el mar hasta la otra orilla. Misteriosamente el mar se había retirado a ambos lados, dejando paso franco a los israelitas, pero tras ellos, en el horizonte, una nube de polvo delataba la presencia cercana de la caballería egipcia, que los iba a alcanzar sin remedio. Moisés dio la orden de ponerse en marcha y cruzar el mar. Cuando todos hubieron cruzado, pudieron ver, con pavor, como la caballería egipcia empezaba también a cruzar el mar. Entonces se dieron cuenta de que el camino de arena, que cruzaba el mar, se estaba estrechando. La cabeza de la columna de caballería había llegado ya a la mitad del camino y no tenía sentido, para los egipcios, volverse atrás, pero el estrechamiento producido por el avance de las aguas, obligaba a apretarse a la columna de caballería, que avanzaba a galope tendido, para evitar que el mar se cerrase bajo ellos. A sólo cincuenta metros de la orilla, todos los caballos quedaron paralizados y los jinetes intentaban, sin éxito, zafarse de sus armaduras, para poder alcanzar la orilla a nado, pero ninguno lo consiguió.
CÓMO SE HIZO LA NOVELA
LA HISTORIA DE ELOY
CAPÍTULO 8
María comentó a su padre:
- Me ha gustado mucho este capítulo, hace fácilmente creíble algo tan misterioso como el milagro del paso del mar Rojo, narrado en Éxodo 14,15-31. También me ha gustado la forma en que contamos el pasaje de la zarza que ardía sin consumirse (Éxodo 3,1-12). Pero podríamos haber descrito las plagas.
- Podría ser interesante, pero demasiado largo. Las diez plagas que cayeron sobre Egipto, están detalladas en el Éxodo, y su relato ocupa 5 capítulos, concretamente del 7 al 11. Creo que el que esté interesado en conocerlas puede acudir directamente a esa fuente.
- Además, por fin se ha encontrado Eloy a otro de los protagonistas de nuestras historias paralelas.
- Por definición, dos líneas paralelas son aquellas que por mucho que se prolonguen nunca se cortan. Pero nuestras historias no son paralelas, sino que convergen y divergen, entremezclándose unas con otras, y hasta llegarán a formar una trenza que las contenga a todas y las haga avanzar juntas en una misma dirección.
Tercera parte de la trilogía:
Los fantasmas del Tabor
De la colección: Historias de Tomás y María
martes, 23 de noviembre de 2010
lunes, 22 de noviembre de 2010
CAPÍTULO 7, LA HISTORIA DE JOSÉ Y SUS HERMANOS
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Eloy tuvo que quedarse mucho tiempo para recargar de energía su nave antes de poder avanzar, así que tuvo tiempo de conocer perfectamente a la familia de Jacob, que se mantenía unida bajo el firme mandato del patriarca.
Abraham había tenido ocho hijos: su primer hijo fue Ismael, hijo de Agar, la esclava egipcia de Sara, pero Abraham no siguió la tradición de entregar el patriarcado al primogénito, sino que se lo dio en herencia a Isaac, el hijo de Sara, su primer amor. Al morir Sara, se casó con Cetura, y tuvo seis hijos más.
Antes de morir, Abrahán repartió regalos a sus demás hijos y los obligó a separarse de Isaac, para que no pudiesen rivalizar con él en el gobierno del patriarcado, lo que a juicio de Jacob había sido un error que mermó notablemente el poder de la familia. Él quería que la suya permaneciese unida, pero al igual que Abraham había decidido entregar la herencia, no a su primogénito, sino al de la mujer que fue su primer amor, es decir a José, el primer hijo de Raquel, porque, además de ser el hijo de la mujer de la que siempre estuvo enamorado, José amaba a su padre sobre cualquier otra cosa de este mundo, era muy inteligente y sobre todo era muy bueno, y esta bondad de su alma salía a relucir por cada poro de su rostro, que era tremendamente hermoso y agradable.
Tenía José quince años cuando lo conoció Eloy, y éste no tardó en darse cuenta de que reunía las cualidades para ser el futuro patriarca, aunque para llegar a ello tendría que superar el grave obstáculo que suponían sus diez hermanos mayores que estaban envidiosos de él y de la predilección que sentía por él su padre.
Sus hermanos no cesaban de maltratarlo con insultos y burlas. Ante esta situación, Eloy sintió grandes deseos de intervenir para ayudar a José, ya que éste había caído en un profundo estado de depresión que estaba precipitándolo hacia el suicidio, pero Eloy se abstuvo de intervenir a favor de José porque recordaba la última conversación que había mantenido con su amada Carmen, y que todas las noches proyectaba antes de dormirse, en la que ella le advertía del peligro que podría tener su viaje al pasado, si no se limitaba a ser un mero espectador y realizar las actuaciones estrictamente necesarias para conseguir su objetivo de evitar la destrucción del planeta en una guerra nuclear. Una vez más, conectó el proyector de hologramas, no ya por mantener fresca en su mente la advertencia de su esposa, sino por sentirse cerca de ella. La imagen de Carmen apareció ante sus ojos, que cada vez la veían más hermosa que en la anterior aparición, tal vez porque ella permanecía siempre igual y él era cada vez un día más viejo o quizás porque la verdadera causa de que él hiciese todo lo que estaba haciendo, no era salvar al mundo, sino poder vivir junto a su amada, y se veía incapaz de librarse de las ataduras que le impedían correr hacia ella. Un día puede resultar muy largo cuando te sientes prisionero y estás esperando el momento de tu liberación. Pero junto a la imagen y la voz de Carmen, también Eloy podía escuchar su propia voz, que discrepaba de la muy razonable opinión de su esposa.
- Si actúas sobre los hechos producidos en el pasado, podrías cambiar el presente de forma irreversible –decía Carmen.
- Yo pienso que la historia es como un río que corre por su cauce y que cualquier pequeña actuación en un punto de su curso tendrá poca influencia río abajo, e incluso las grandes actuaciones que se realizasen en las proximidades de su nacimiento, afectarían muy poco a lo que pasase en su desembocadura.
- Son dos teorías opuestas que por supuesto nadie ha podido comprobar, pero por si acaso soy yo la que tiene razón, será mejor que te limites a pequeñas actuaciones. Prométeme que nunca matarás a nadie, ni tampoco salvarás la vida de alguien que esté a punto de morir, aunque te resulte muy sencillo y por muy justo que te parezca.
Durante todo su viaje hacia el pasado había cumplido fielmente su promesa, pero al iniciar su viaje de vuelta había conseguido salvar la vida de Isaac, de una forma involuntaria, con sólo presentarse ante su padre. Si la teoría de Carmen era cierta, ya se habría cambiado el curso de la historia al evitarse la muerte de Isaac cuando iba a ser ofrecido por su padre en holocausto. Y puesto que ya no podría llegar al mismo punto de donde había partido, ¿por qué no salvar también a José? Eloy seguía pensando, que sacar un cubo de agua en el curso alto de un río no afecta para nada a lo que tenga que pasar en su desembocadura. Para que afectase habría que actuar más cerca de la desembocadura y con un tipo de actuación mucho más drástica. Además estaba viviendo su lento viaje de regreso, unido siempre a Abrahán, Isaac y Jacob, y empezaba a sentirse parte de la familia israelita, así que haciendo caso al viejo proverbio, que dice: “antes de ponerte a limpiar el mundo debes limpiar tu propia casa”, al que en este caso le cambiaba el verbo limpiar por salvar, decidió intervenir a favor de José, y lo hizo de una forma que él dominaba con gran maestría: el tratamiento de imágenes con el ordenador.
Eloy tomaba imágenes del exterior y luego las montaba consiguiendo historias que presentaba a José tras despertarlo a media noche, con lo que lograba que éste creyese que eran sus propios sueños.
En una de ellas, José y sus hermanos estaban segando trigo, y tras atar sus gavillas y dejarlas sobre el terreno segado, la de José permanecía en pie mientras que las de sus hermanos caían al suelo, lo que en su opinión significaba que sus hermanos se postraban ante él reconociendo su supremacía. El aparente sueño, había sido tan impresionante que José no pudo resistir la tentación de contárselo a su familia, y aunque Jacob reafirmaba así su idea de ceder el patriarcado a José, los demás hermanos incrementaban su envidia. Eloy había logrado su propósito de sacar a José de la depresión, pero la envidia de sus hermanos estaba empezando a convertirse en odio, y algunos propusieron matarlo. Rubén, al ser el mayor podría ser el que más se beneficiase de la muerte de José, pero precisamente por eso, también sería el primer sospechoso, y para nada quería ser el blanco de la furia de Jacob, así que convenció a sus hermanos para que actuasen de una manera más sutil. Puesto que José ya había contado a su padre el sueño en que sus hermanos lo reverenciaban, no sería difícil creer que éste había dado un nuevo paso en sus pretensiones, y se inventaron un sueño en el que el Sol, la Luna y once estrellas adoraban a José. El Sol y la Luna eran los padres y las once estrellas los once hermanos, es decir que José le iba a arrebatar el patriarcado a Jacob antes de su muerte. Esto haría pensar al padre que su hijo favorito había caído en el pecado de soberbia y ya no merecería ser su heredero. De nada iba a servir que José lo negase, porque iban a ser diez testimonios contra uno. Benjamín, el hermano número doce, era demasiado pequeño para tomar parte en todas estas intrigas. Jacob estaba inmerso en una tremenda duda y aunque no podía negar el testimonio unánime de diez de sus hijos, quería darle a José la oportunidad de exponer su versión sin ningún tipo de interferencias, y mandó a los mayores a apacentar el ganado en un lugar alejado a varias jornadas de su casa.
Cuando Jacob y José estuvieron frente a frente, no hubo necesidad de ningún tipo de explicación, porque Eloy se apareció ante ellos. José no se sorprendió porque, al contrario que sus hermanos, creía lo que su padre le había contado acerca de su anterior encuentro con un ángel enviado por Dios, y ambos escucharon atentamente lo que Eloy les dijo:
- No temas ningún mal Jacob, porque José te ama y nunca se alzaría contra ti. Él será un buen patriarca cuando tú faltes y recibirá mi ayuda como tú la has recibido. Hoy quiero preveniros porque dentro de poco vendrá una gran bonanza que durará siete años, pero ese será el aviso de otros siete años de sequía que le seguirán y que causarán una gran hambruna en la región. Aprovechad la bonanza para guardar provisiones y que no os falte durante la sequía.
Eloy sabía todo esto porque ya lo había visto en su viaje hacia el pasado. Jacob envió a José para que fuese a buscar a sus hermanos, y estos al verlo llegar, aprovechando que Rubén, el mayor y por lo tanto responsable ante el padre, no estaba en ese momento, decidieron matarlo y decir a Jacob que había muerto atacado por unos lobos. Pero Judá tenía miedo a mancharse las manos con la sangre de su hermano, porque una gran maldición podría caer sobre ellos. Decidió meterlo en una cisterna seca, de la que no podría salir, y abandonarlo allí a su suerte. Afortunadamente, Eloy que desconfiaba de los hermanos de José y estaba atento a lo que sucedía, se apareció a Judá. Éste se llenó de pánico al verlo, y se arrojó al suelo pidiendo perdón, pero Eloy sabía que pronto tendría que marcharse y acabarían matando a José, así que le propuso:
־ Si abandonas a tu hermano también caerá sobre ti mi maldición, porque morirá de sed por tu culpa, pero si lo vendes a unos mercaderes, que pasarán por aquí esta tarde, te librarás de él y también de la maldición.
Judá no entendía porqué aquel ángel quería ayudarle, pero le pareció bien el plan y convenció a sus hermanos para que lo llevasen a cabo.
Se sentaron a comer y vieron que llegaba una caravana de ismaelitas con sus camellos cargados de goma, resina y láudano, que llevaban a Egipto. Dijo entonces Judá a sus hermanos:
־ ¿Qué ganamos con matar a José? Vamos a venderlo a los ismaelitas, y no pongamos las manos en él, pues es nuestro hermano y carne nuestra es.
Sus hermanos asintieron. Cuando llegaron los mercaderes, sacaron a José de la cisterna y lo vendieron por veinte siclos de plata.
Cuando llegó Rubén y le comentaron lo sucedido, se rasgó las vestiduras en señal de dolor y les dijo:
־ ¿Cómo voy a presentarme ante nuestro padre sin el niño?
Tomaron entonces la túnica de José y la empaparon con la sangre de un cabrito, para decir a su padre que José había sido devorado por una fiera.
Eloy le había tomado aprecio a José y le hubiese gustado estar más tiempo ayudándole, pero tenía que volver a saltar en el tiempo y esta vez logró saltar más de setecientos años, llegando cerca del 1.300 antes de Cristo, la época en que vivió Moisés.
CÓMO SE HIZO LA NOVELA
LA HISTORIA DE ELOY
CAPÍTULO 7
María comentó a su padre:
- ¿Esta es toda la historia de José?
- La Biblia cuenta la historia de José y sus hermanos, entre los capítulos 37 y 50 del libro del Génesis. Lo que aquí hemos contado corresponde al capítulo 37. La muerte de José es precisamente el final del libro del Génesis. Aunque el anuncio que Eloy hace de los siete años de abundancia seguidos de otros siete de sequía, corresponden al capítulo 41, versículos 29 y 30, donde dice: “Vendrán siete años de gran abundancia en todo el territorio de Egipto. Pero a estos seguirán siete años de hambre”
- ¿Por qué no contamos toda su historia?
- Porque el resto de la historia está contado en nuestro libro “La historia de Melchor”. Aquí hemos contado esta primera parte para complementarlo.
Eloy tuvo que quedarse mucho tiempo para recargar de energía su nave antes de poder avanzar, así que tuvo tiempo de conocer perfectamente a la familia de Jacob, que se mantenía unida bajo el firme mandato del patriarca.
Abraham había tenido ocho hijos: su primer hijo fue Ismael, hijo de Agar, la esclava egipcia de Sara, pero Abraham no siguió la tradición de entregar el patriarcado al primogénito, sino que se lo dio en herencia a Isaac, el hijo de Sara, su primer amor. Al morir Sara, se casó con Cetura, y tuvo seis hijos más.
Antes de morir, Abrahán repartió regalos a sus demás hijos y los obligó a separarse de Isaac, para que no pudiesen rivalizar con él en el gobierno del patriarcado, lo que a juicio de Jacob había sido un error que mermó notablemente el poder de la familia. Él quería que la suya permaneciese unida, pero al igual que Abraham había decidido entregar la herencia, no a su primogénito, sino al de la mujer que fue su primer amor, es decir a José, el primer hijo de Raquel, porque, además de ser el hijo de la mujer de la que siempre estuvo enamorado, José amaba a su padre sobre cualquier otra cosa de este mundo, era muy inteligente y sobre todo era muy bueno, y esta bondad de su alma salía a relucir por cada poro de su rostro, que era tremendamente hermoso y agradable.
Tenía José quince años cuando lo conoció Eloy, y éste no tardó en darse cuenta de que reunía las cualidades para ser el futuro patriarca, aunque para llegar a ello tendría que superar el grave obstáculo que suponían sus diez hermanos mayores que estaban envidiosos de él y de la predilección que sentía por él su padre.
Sus hermanos no cesaban de maltratarlo con insultos y burlas. Ante esta situación, Eloy sintió grandes deseos de intervenir para ayudar a José, ya que éste había caído en un profundo estado de depresión que estaba precipitándolo hacia el suicidio, pero Eloy se abstuvo de intervenir a favor de José porque recordaba la última conversación que había mantenido con su amada Carmen, y que todas las noches proyectaba antes de dormirse, en la que ella le advertía del peligro que podría tener su viaje al pasado, si no se limitaba a ser un mero espectador y realizar las actuaciones estrictamente necesarias para conseguir su objetivo de evitar la destrucción del planeta en una guerra nuclear. Una vez más, conectó el proyector de hologramas, no ya por mantener fresca en su mente la advertencia de su esposa, sino por sentirse cerca de ella. La imagen de Carmen apareció ante sus ojos, que cada vez la veían más hermosa que en la anterior aparición, tal vez porque ella permanecía siempre igual y él era cada vez un día más viejo o quizás porque la verdadera causa de que él hiciese todo lo que estaba haciendo, no era salvar al mundo, sino poder vivir junto a su amada, y se veía incapaz de librarse de las ataduras que le impedían correr hacia ella. Un día puede resultar muy largo cuando te sientes prisionero y estás esperando el momento de tu liberación. Pero junto a la imagen y la voz de Carmen, también Eloy podía escuchar su propia voz, que discrepaba de la muy razonable opinión de su esposa.
- Si actúas sobre los hechos producidos en el pasado, podrías cambiar el presente de forma irreversible –decía Carmen.
- Yo pienso que la historia es como un río que corre por su cauce y que cualquier pequeña actuación en un punto de su curso tendrá poca influencia río abajo, e incluso las grandes actuaciones que se realizasen en las proximidades de su nacimiento, afectarían muy poco a lo que pasase en su desembocadura.
- Son dos teorías opuestas que por supuesto nadie ha podido comprobar, pero por si acaso soy yo la que tiene razón, será mejor que te limites a pequeñas actuaciones. Prométeme que nunca matarás a nadie, ni tampoco salvarás la vida de alguien que esté a punto de morir, aunque te resulte muy sencillo y por muy justo que te parezca.
Durante todo su viaje hacia el pasado había cumplido fielmente su promesa, pero al iniciar su viaje de vuelta había conseguido salvar la vida de Isaac, de una forma involuntaria, con sólo presentarse ante su padre. Si la teoría de Carmen era cierta, ya se habría cambiado el curso de la historia al evitarse la muerte de Isaac cuando iba a ser ofrecido por su padre en holocausto. Y puesto que ya no podría llegar al mismo punto de donde había partido, ¿por qué no salvar también a José? Eloy seguía pensando, que sacar un cubo de agua en el curso alto de un río no afecta para nada a lo que tenga que pasar en su desembocadura. Para que afectase habría que actuar más cerca de la desembocadura y con un tipo de actuación mucho más drástica. Además estaba viviendo su lento viaje de regreso, unido siempre a Abrahán, Isaac y Jacob, y empezaba a sentirse parte de la familia israelita, así que haciendo caso al viejo proverbio, que dice: “antes de ponerte a limpiar el mundo debes limpiar tu propia casa”, al que en este caso le cambiaba el verbo limpiar por salvar, decidió intervenir a favor de José, y lo hizo de una forma que él dominaba con gran maestría: el tratamiento de imágenes con el ordenador.
Eloy tomaba imágenes del exterior y luego las montaba consiguiendo historias que presentaba a José tras despertarlo a media noche, con lo que lograba que éste creyese que eran sus propios sueños.
En una de ellas, José y sus hermanos estaban segando trigo, y tras atar sus gavillas y dejarlas sobre el terreno segado, la de José permanecía en pie mientras que las de sus hermanos caían al suelo, lo que en su opinión significaba que sus hermanos se postraban ante él reconociendo su supremacía. El aparente sueño, había sido tan impresionante que José no pudo resistir la tentación de contárselo a su familia, y aunque Jacob reafirmaba así su idea de ceder el patriarcado a José, los demás hermanos incrementaban su envidia. Eloy había logrado su propósito de sacar a José de la depresión, pero la envidia de sus hermanos estaba empezando a convertirse en odio, y algunos propusieron matarlo. Rubén, al ser el mayor podría ser el que más se beneficiase de la muerte de José, pero precisamente por eso, también sería el primer sospechoso, y para nada quería ser el blanco de la furia de Jacob, así que convenció a sus hermanos para que actuasen de una manera más sutil. Puesto que José ya había contado a su padre el sueño en que sus hermanos lo reverenciaban, no sería difícil creer que éste había dado un nuevo paso en sus pretensiones, y se inventaron un sueño en el que el Sol, la Luna y once estrellas adoraban a José. El Sol y la Luna eran los padres y las once estrellas los once hermanos, es decir que José le iba a arrebatar el patriarcado a Jacob antes de su muerte. Esto haría pensar al padre que su hijo favorito había caído en el pecado de soberbia y ya no merecería ser su heredero. De nada iba a servir que José lo negase, porque iban a ser diez testimonios contra uno. Benjamín, el hermano número doce, era demasiado pequeño para tomar parte en todas estas intrigas. Jacob estaba inmerso en una tremenda duda y aunque no podía negar el testimonio unánime de diez de sus hijos, quería darle a José la oportunidad de exponer su versión sin ningún tipo de interferencias, y mandó a los mayores a apacentar el ganado en un lugar alejado a varias jornadas de su casa.
Cuando Jacob y José estuvieron frente a frente, no hubo necesidad de ningún tipo de explicación, porque Eloy se apareció ante ellos. José no se sorprendió porque, al contrario que sus hermanos, creía lo que su padre le había contado acerca de su anterior encuentro con un ángel enviado por Dios, y ambos escucharon atentamente lo que Eloy les dijo:
- No temas ningún mal Jacob, porque José te ama y nunca se alzaría contra ti. Él será un buen patriarca cuando tú faltes y recibirá mi ayuda como tú la has recibido. Hoy quiero preveniros porque dentro de poco vendrá una gran bonanza que durará siete años, pero ese será el aviso de otros siete años de sequía que le seguirán y que causarán una gran hambruna en la región. Aprovechad la bonanza para guardar provisiones y que no os falte durante la sequía.
Eloy sabía todo esto porque ya lo había visto en su viaje hacia el pasado. Jacob envió a José para que fuese a buscar a sus hermanos, y estos al verlo llegar, aprovechando que Rubén, el mayor y por lo tanto responsable ante el padre, no estaba en ese momento, decidieron matarlo y decir a Jacob que había muerto atacado por unos lobos. Pero Judá tenía miedo a mancharse las manos con la sangre de su hermano, porque una gran maldición podría caer sobre ellos. Decidió meterlo en una cisterna seca, de la que no podría salir, y abandonarlo allí a su suerte. Afortunadamente, Eloy que desconfiaba de los hermanos de José y estaba atento a lo que sucedía, se apareció a Judá. Éste se llenó de pánico al verlo, y se arrojó al suelo pidiendo perdón, pero Eloy sabía que pronto tendría que marcharse y acabarían matando a José, así que le propuso:
־ Si abandonas a tu hermano también caerá sobre ti mi maldición, porque morirá de sed por tu culpa, pero si lo vendes a unos mercaderes, que pasarán por aquí esta tarde, te librarás de él y también de la maldición.
Judá no entendía porqué aquel ángel quería ayudarle, pero le pareció bien el plan y convenció a sus hermanos para que lo llevasen a cabo.
Se sentaron a comer y vieron que llegaba una caravana de ismaelitas con sus camellos cargados de goma, resina y láudano, que llevaban a Egipto. Dijo entonces Judá a sus hermanos:
־ ¿Qué ganamos con matar a José? Vamos a venderlo a los ismaelitas, y no pongamos las manos en él, pues es nuestro hermano y carne nuestra es.
Sus hermanos asintieron. Cuando llegaron los mercaderes, sacaron a José de la cisterna y lo vendieron por veinte siclos de plata.
Cuando llegó Rubén y le comentaron lo sucedido, se rasgó las vestiduras en señal de dolor y les dijo:
־ ¿Cómo voy a presentarme ante nuestro padre sin el niño?
Tomaron entonces la túnica de José y la empaparon con la sangre de un cabrito, para decir a su padre que José había sido devorado por una fiera.
Eloy le había tomado aprecio a José y le hubiese gustado estar más tiempo ayudándole, pero tenía que volver a saltar en el tiempo y esta vez logró saltar más de setecientos años, llegando cerca del 1.300 antes de Cristo, la época en que vivió Moisés.
CÓMO SE HIZO LA NOVELA
LA HISTORIA DE ELOY
CAPÍTULO 7
María comentó a su padre:
- ¿Esta es toda la historia de José?
- La Biblia cuenta la historia de José y sus hermanos, entre los capítulos 37 y 50 del libro del Génesis. Lo que aquí hemos contado corresponde al capítulo 37. La muerte de José es precisamente el final del libro del Génesis. Aunque el anuncio que Eloy hace de los siete años de abundancia seguidos de otros siete de sequía, corresponden al capítulo 41, versículos 29 y 30, donde dice: “Vendrán siete años de gran abundancia en todo el territorio de Egipto. Pero a estos seguirán siete años de hambre”
- ¿Por qué no contamos toda su historia?
- Porque el resto de la historia está contado en nuestro libro “La historia de Melchor”. Aquí hemos contado esta primera parte para complementarlo.
viernes, 12 de noviembre de 2010
CAPÍTULO 6, LA HISTORIA DE JACOB
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Avanzó Eloy un par de generaciones hasta llegar a la época en que el que había heredado el patriarcado de Abraham era uno de sus nietos, el llamado Jacob, que significaba talón. Lo llamaron así porque al nacer estaba agarrado al talón de su hermano. Algunos vieron en este hecho un símbolo de la intención que tenía Jacob de sujetar a su hermano y de ese modo ser él el primogénito. El nombre de Jacob se asoció de ese modo a la imagen de tramposo, y esta imagen quedó consolidada después de que Jacob engañara a su propio padre, haciéndose pasar por su hermano mayor, Esaú, para conseguir la bendición que le daba derecho a la herencia del patriarcado.
Jacob era un hombre práctico que pensaba que había que trabajar duro para conseguir lo que se quería, sin esperar que viniese Dios a regalárselo. Había oído a su padre contar las historias del abuelo Abraham, que, varias veces en su vida, había hablado con Dios, directamente o a través de un ángel que venía a visitarlo. Isaac le había contado a Jacob cómo aquel ángel le había salvado la vida cuando iba a ser sacrificado por Abraham, pero Jacob nunca había llegado a creérselas, hasta que una noche, Eloy se apareció a Jacob. Éste pensó que Eloy era un sueño y trató de apartarlo de su mente, pero Eloy no estaba en su mente, sino que era un holograma perfectamente visible por Jacob. Eloy estuvo toda la noche discutiendo con Jacob hasta lograr convencerlo de que él era un enviado de Dios. Entonces, Jacob le pidió perdón por haber engañado a su padre, cuando éste era ya muy anciano y estaba casi ciego, para conseguir la herencia, que por orden de nacimiento correspondía a su hermano Esaú, aunque se justificó contando a Eloy que en cierta ocasión, cuando él había preparado un guiso de lentejas, su hermano, que regresaba a casa cansado y hambriento, le pidió que le diese de comer, y él, aprovechando la ocasión, le pidió que a cambio le cediera su derecho de primogenitura. Esaú había accedido pensando que era una broma y que en todo caso no había testigos de aquel trato, por lo que nunca tendría que cumplir lo pactado. No había sido fácil convencerlo, la batalla dialéctica entre Eloy y Jacob había durado toda la noche, y al amanecer, Jacob pidió a Eloy que le permitiese presentárselo a sus hijos. Ambos se encontraban exhaustos, como si hubiesen estado combatiendo durante toda la noche, y Eloy dijo a los hijos de Jacob que Dios lo había perdonado y que desde aquel día podía dejar de llamarse Jacob para pasar a llamarse Israel, que significa el que lucha con Dios, y que los miembros de su familia serían llamados israelitas.
CÓMO SE HIZO LA NOVELA
LA HISTORIA DE ELOY
CAPÍTULO 6
María comentó a su padre:
- No me ha gustado este capítulo. Es muy corto, no cuenta ninguna aventura y carece de personajes femeninos. Deberíamos eliminarlo, o ampliarlo contando alguna aventura de la familia de Jacob, o una historia de amor entre él y su mujer.
- No creo que debamos eliminarlo, porque Jacob es el padre de José, el penúltimo de los doce varones y su favorito, que será un protagonista importante en el próximo capítulos de esta aventura, por su relación con Eloy, pero si lo intentamos ampliar contando las aventuras de su familia, nos desviaremos demasiado del argumento de nuestra novela, porque la familia de Jacob era muy numerosa. Estaba compuesta por doce varones y un buen número de hembras de las que la Sagrada Escritura sólo menciona a una de ellas, y lo hace para justificar la matanza que los hijos de Jacob llevaron a cabo en un pueblo vecino. En cuanto a la historia de amor, podría pasarnos lo mismo, ya que Jacob tuvo cuatro mujeres.
- Eso es una muestra más del machismo reinante en aquella sociedad patriarcal, que queda patente cuando se relacionan a los hijos, siempre varones, de Adán, Noé, Abrahán, Isaac y el mismo Jacob, del que sólo se mencionan a los doce varones a pesar de que queda constancia de que al menos tuvo una hija –dijo María.
- Puede que tengas razón al decir que aquella sociedad era machista, pero los autores de la Biblia no lo eran, ya que, en ella, podemos encontrar a muchas mujeres que han tenido un gran protagonismo en la historia del pueblo de Israel. Raquel, la única mujer de la que Jacob estuvo verdaderamente enamorado, es un ejemplo de ello.
- ¿Cómo podía estar enamorado, si tuvo hijos con otras tres?
- Merece la pena detenerse un poco para ver el porqué de esa familia tan prolífica, y aunque no creo que debamos incluirla en nuestra novela, sí te la voy a contar a ti.
Tomás contó a María la historia de amor de Jacob y Raquel.
“Jacob se había enamorado locamente de Raquel, pero Labán, el padre de ésta, temía que si le concedía la mano de su hija, ésta se marcharía con Jacob a otras tierras tan lejanas, que le impedirían volverla a ver. Por eso y para que desistiese de su idea, le puso como condición que tuviese que trabajar para él durante siete años antes de poder desposarse con su hija. Labán sabía que Jacob había hecho trampas a su propio padre y estaba muy convencido de que ladrón que roba a ladrón tiene cien años de perdón, así que pensó que lo que era aplicable a los ladrones también podía servir para los tramposos, y se ensañó sin piedad haciéndole trampas al pobre Jacob. Para empezar, y al ver que éste había sido capaz de pagar el alto precio que había fijado por su hija Raquel, le dio gato por liebre el día de la boda, ya que la novia que acudió al desposorio, convenientemente tapada por un espeso y amplio velo que impedía su identificación, no fue Raquel sino Lía, su hermana mayor, que evidentemente era hija de Labán, por lo que éste, al menos en teoría, no había mentido. Jacob, después de haber pasado la noche con Lía, tuvo que aceptarla como esposa, pero no renunció a su idea inicial de conseguir a Raquel, y no tuvo inconveniente en trabajar otros siete años cuidando los rebaños de Labán. Tras catorce años pastoreando los rebaños de su suegro, al fin Jacob vio cumplido su deseo de casarse con la mujer de la que estaba enamorado. Pero no pudo marcharse porque Labán constantemente urdía nuevas trampas que, si estás interesada en conocer, puedes leer en el Génesis, y que obligaban a Jacob a permanecer a su servicio. Jacob, viendo que por las buenas le iba a ser imposible separarse de su suegro, no tuvo más remedio que escaparse con sus esposas, las esclavas de éstas y los muchos hijos que había tenido de las cuatro mujeres. Sabía que era una tarea difícil porque Labán los perseguiría y podría llegar a darles alcance, pero Raquel lo había animado y lo había convencido para que se diese a la fuga. Lo que no sabía Jacob era que su esposa había preparado una estrategia que le iba a permitir lograr su objetivo, sin tener que luchar contra Labán, que por una vez iba a tener que probar el sabor de esa amarga medicina que durante tantos años había hecho tragar a Jacob, es decir, que esta vez sería él el que cayese en la trampa. Al salir de la casa de su padre, Raquel se llevó, sin que nadie lo supiese, unos pequeños ídolos de oro que eran los dioses que adoraba su padre, para que en caso de ser alcanzados, Labán acusase a Jacob de ese delito, que era mucho mayor que el incumplimiento del tramposo trato que tenía con él.
Efectivamente, tras varios días de huida por el desierto, Labán les dio alcance y, delante de todos sus sirvientes y familiares, acusó a Jacob de haber robado los ídolos. Jacob, que no estaba al corriente de la jugada que Raquel había preparado, ofreció a Labán la posibilidad de registrar todo el campamento para poder demostrar la veracidad de aquellas graves acusaciones que estaba lanzando contra su persona, pero si no lo conseguía tendría que pedirle perdón y dejarlo marchar en paz. Labán accedió y comenzó un exhaustivo registro de todas las tiendas y todas las personas. Raquel había sacado los ídolos del lugar donde los escondía y los colocó bajo una silla de montar en camello, que estaba frente a su tienda, luego se sentó sobre ella y esperó con aplomo que llegase su padre para registrarla. Cuando éste terminó de registrar la tienda y se acercaba para registrar personalmente a su hija, ella le dijo:
־ Perdona que no me levante para besarte, pero estoy en el periodo de menstruación y no me encuentro en disposición de saludarte como tú te mereces.
En el desierto y huyendo de alguien que te persigue y te está pisando los talones, había que reservar el agua para beber y, por tanto, era imposible lavarse. Una mujer con la regla era algo tan repugnante y apestoso que hacía que la gente se apartase de ella como si se tratase de un leproso,
Labán prefirió no acercarse a su hija y tuvo que reconocer ante los suyos, que se había equivocado al acusar a Jacob, por lo que tuvo que cumplir su palabra y dejarlo marcharse en paz hacia la tierra que Dios había prometido a su abuelo Abraham.”
Y Tomás añadió:
- La peculiar manera en que Jacob consiguió su amplia familia y el hecho de que los hijos estuviesen repartidos entre cuatro madres distintas, permite entender las múltiples desavenencias que constantemente se producían entre los hermanos, y que se volvieron a producir entre las doce tribus que descienden de ellos, que sin embargo no dudaban en unirse como una piña a la hora de luchar contar un enemigo externo.
- ¿Hay alguna ley que regule el trato que hay que darle a las mujeres que estén en periodo de menstruación? -preguntó María.
- En el capítulo catorce de libro Levítico se dan las instrucciones para la purificación de los leprosos y con un tratamiento similar, en el capítulo quince, versículos 19 al 32, se dan las instrucciones sobre algunas impurezas de la mujer y entre otras cosas se dice: “Cuando una mujer tenga su periodo normal de menstruación, será considerada impura durante siete días. Cualquier cosa sobre la que ella se siente será considerada impura. Cualquiera que toque algún objeto sobre el que ella se haya sentado, deberá lavarse la ropa y lavarse a sí mismo con agua, y será considerado impuro hasta el anochecer”.
- ¿Estaba escrito el Levítico cuando Jacob conoció a Raquel?
- El Levítico fue escrito muchos años después, por los miembros de la tribu de Leví, el tercer hijo que Jacob tuvo con Lía, pero sus enseñanzas fueron siempre de gran importancia para los israelitas antes de que se pusiesen por escrito en un libro, y algunos de sus mandatos aún siguen vigentes en nuestros días para otros muchos pueblos y religiones. De hecho, la base fundamental de la predicación de Jesús está escrita en el capítulo 19 versículo 18 donde dice: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Y por supuesto muchas de las cosas escritas en él reflejan el pensamiento que habían tenido, desde hacía muchos años, los habitantes de aquella zona.
Avanzó Eloy un par de generaciones hasta llegar a la época en que el que había heredado el patriarcado de Abraham era uno de sus nietos, el llamado Jacob, que significaba talón. Lo llamaron así porque al nacer estaba agarrado al talón de su hermano. Algunos vieron en este hecho un símbolo de la intención que tenía Jacob de sujetar a su hermano y de ese modo ser él el primogénito. El nombre de Jacob se asoció de ese modo a la imagen de tramposo, y esta imagen quedó consolidada después de que Jacob engañara a su propio padre, haciéndose pasar por su hermano mayor, Esaú, para conseguir la bendición que le daba derecho a la herencia del patriarcado.
Jacob era un hombre práctico que pensaba que había que trabajar duro para conseguir lo que se quería, sin esperar que viniese Dios a regalárselo. Había oído a su padre contar las historias del abuelo Abraham, que, varias veces en su vida, había hablado con Dios, directamente o a través de un ángel que venía a visitarlo. Isaac le había contado a Jacob cómo aquel ángel le había salvado la vida cuando iba a ser sacrificado por Abraham, pero Jacob nunca había llegado a creérselas, hasta que una noche, Eloy se apareció a Jacob. Éste pensó que Eloy era un sueño y trató de apartarlo de su mente, pero Eloy no estaba en su mente, sino que era un holograma perfectamente visible por Jacob. Eloy estuvo toda la noche discutiendo con Jacob hasta lograr convencerlo de que él era un enviado de Dios. Entonces, Jacob le pidió perdón por haber engañado a su padre, cuando éste era ya muy anciano y estaba casi ciego, para conseguir la herencia, que por orden de nacimiento correspondía a su hermano Esaú, aunque se justificó contando a Eloy que en cierta ocasión, cuando él había preparado un guiso de lentejas, su hermano, que regresaba a casa cansado y hambriento, le pidió que le diese de comer, y él, aprovechando la ocasión, le pidió que a cambio le cediera su derecho de primogenitura. Esaú había accedido pensando que era una broma y que en todo caso no había testigos de aquel trato, por lo que nunca tendría que cumplir lo pactado. No había sido fácil convencerlo, la batalla dialéctica entre Eloy y Jacob había durado toda la noche, y al amanecer, Jacob pidió a Eloy que le permitiese presentárselo a sus hijos. Ambos se encontraban exhaustos, como si hubiesen estado combatiendo durante toda la noche, y Eloy dijo a los hijos de Jacob que Dios lo había perdonado y que desde aquel día podía dejar de llamarse Jacob para pasar a llamarse Israel, que significa el que lucha con Dios, y que los miembros de su familia serían llamados israelitas.
CÓMO SE HIZO LA NOVELA
LA HISTORIA DE ELOY
CAPÍTULO 6
María comentó a su padre:
- No me ha gustado este capítulo. Es muy corto, no cuenta ninguna aventura y carece de personajes femeninos. Deberíamos eliminarlo, o ampliarlo contando alguna aventura de la familia de Jacob, o una historia de amor entre él y su mujer.
- No creo que debamos eliminarlo, porque Jacob es el padre de José, el penúltimo de los doce varones y su favorito, que será un protagonista importante en el próximo capítulos de esta aventura, por su relación con Eloy, pero si lo intentamos ampliar contando las aventuras de su familia, nos desviaremos demasiado del argumento de nuestra novela, porque la familia de Jacob era muy numerosa. Estaba compuesta por doce varones y un buen número de hembras de las que la Sagrada Escritura sólo menciona a una de ellas, y lo hace para justificar la matanza que los hijos de Jacob llevaron a cabo en un pueblo vecino. En cuanto a la historia de amor, podría pasarnos lo mismo, ya que Jacob tuvo cuatro mujeres.
- Eso es una muestra más del machismo reinante en aquella sociedad patriarcal, que queda patente cuando se relacionan a los hijos, siempre varones, de Adán, Noé, Abrahán, Isaac y el mismo Jacob, del que sólo se mencionan a los doce varones a pesar de que queda constancia de que al menos tuvo una hija –dijo María.
- Puede que tengas razón al decir que aquella sociedad era machista, pero los autores de la Biblia no lo eran, ya que, en ella, podemos encontrar a muchas mujeres que han tenido un gran protagonismo en la historia del pueblo de Israel. Raquel, la única mujer de la que Jacob estuvo verdaderamente enamorado, es un ejemplo de ello.
- ¿Cómo podía estar enamorado, si tuvo hijos con otras tres?
- Merece la pena detenerse un poco para ver el porqué de esa familia tan prolífica, y aunque no creo que debamos incluirla en nuestra novela, sí te la voy a contar a ti.
Tomás contó a María la historia de amor de Jacob y Raquel.
“Jacob se había enamorado locamente de Raquel, pero Labán, el padre de ésta, temía que si le concedía la mano de su hija, ésta se marcharía con Jacob a otras tierras tan lejanas, que le impedirían volverla a ver. Por eso y para que desistiese de su idea, le puso como condición que tuviese que trabajar para él durante siete años antes de poder desposarse con su hija. Labán sabía que Jacob había hecho trampas a su propio padre y estaba muy convencido de que ladrón que roba a ladrón tiene cien años de perdón, así que pensó que lo que era aplicable a los ladrones también podía servir para los tramposos, y se ensañó sin piedad haciéndole trampas al pobre Jacob. Para empezar, y al ver que éste había sido capaz de pagar el alto precio que había fijado por su hija Raquel, le dio gato por liebre el día de la boda, ya que la novia que acudió al desposorio, convenientemente tapada por un espeso y amplio velo que impedía su identificación, no fue Raquel sino Lía, su hermana mayor, que evidentemente era hija de Labán, por lo que éste, al menos en teoría, no había mentido. Jacob, después de haber pasado la noche con Lía, tuvo que aceptarla como esposa, pero no renunció a su idea inicial de conseguir a Raquel, y no tuvo inconveniente en trabajar otros siete años cuidando los rebaños de Labán. Tras catorce años pastoreando los rebaños de su suegro, al fin Jacob vio cumplido su deseo de casarse con la mujer de la que estaba enamorado. Pero no pudo marcharse porque Labán constantemente urdía nuevas trampas que, si estás interesada en conocer, puedes leer en el Génesis, y que obligaban a Jacob a permanecer a su servicio. Jacob, viendo que por las buenas le iba a ser imposible separarse de su suegro, no tuvo más remedio que escaparse con sus esposas, las esclavas de éstas y los muchos hijos que había tenido de las cuatro mujeres. Sabía que era una tarea difícil porque Labán los perseguiría y podría llegar a darles alcance, pero Raquel lo había animado y lo había convencido para que se diese a la fuga. Lo que no sabía Jacob era que su esposa había preparado una estrategia que le iba a permitir lograr su objetivo, sin tener que luchar contra Labán, que por una vez iba a tener que probar el sabor de esa amarga medicina que durante tantos años había hecho tragar a Jacob, es decir, que esta vez sería él el que cayese en la trampa. Al salir de la casa de su padre, Raquel se llevó, sin que nadie lo supiese, unos pequeños ídolos de oro que eran los dioses que adoraba su padre, para que en caso de ser alcanzados, Labán acusase a Jacob de ese delito, que era mucho mayor que el incumplimiento del tramposo trato que tenía con él.
Efectivamente, tras varios días de huida por el desierto, Labán les dio alcance y, delante de todos sus sirvientes y familiares, acusó a Jacob de haber robado los ídolos. Jacob, que no estaba al corriente de la jugada que Raquel había preparado, ofreció a Labán la posibilidad de registrar todo el campamento para poder demostrar la veracidad de aquellas graves acusaciones que estaba lanzando contra su persona, pero si no lo conseguía tendría que pedirle perdón y dejarlo marchar en paz. Labán accedió y comenzó un exhaustivo registro de todas las tiendas y todas las personas. Raquel había sacado los ídolos del lugar donde los escondía y los colocó bajo una silla de montar en camello, que estaba frente a su tienda, luego se sentó sobre ella y esperó con aplomo que llegase su padre para registrarla. Cuando éste terminó de registrar la tienda y se acercaba para registrar personalmente a su hija, ella le dijo:
־ Perdona que no me levante para besarte, pero estoy en el periodo de menstruación y no me encuentro en disposición de saludarte como tú te mereces.
En el desierto y huyendo de alguien que te persigue y te está pisando los talones, había que reservar el agua para beber y, por tanto, era imposible lavarse. Una mujer con la regla era algo tan repugnante y apestoso que hacía que la gente se apartase de ella como si se tratase de un leproso,
Labán prefirió no acercarse a su hija y tuvo que reconocer ante los suyos, que se había equivocado al acusar a Jacob, por lo que tuvo que cumplir su palabra y dejarlo marcharse en paz hacia la tierra que Dios había prometido a su abuelo Abraham.”
Y Tomás añadió:
- La peculiar manera en que Jacob consiguió su amplia familia y el hecho de que los hijos estuviesen repartidos entre cuatro madres distintas, permite entender las múltiples desavenencias que constantemente se producían entre los hermanos, y que se volvieron a producir entre las doce tribus que descienden de ellos, que sin embargo no dudaban en unirse como una piña a la hora de luchar contar un enemigo externo.
- ¿Hay alguna ley que regule el trato que hay que darle a las mujeres que estén en periodo de menstruación? -preguntó María.
- En el capítulo catorce de libro Levítico se dan las instrucciones para la purificación de los leprosos y con un tratamiento similar, en el capítulo quince, versículos 19 al 32, se dan las instrucciones sobre algunas impurezas de la mujer y entre otras cosas se dice: “Cuando una mujer tenga su periodo normal de menstruación, será considerada impura durante siete días. Cualquier cosa sobre la que ella se siente será considerada impura. Cualquiera que toque algún objeto sobre el que ella se haya sentado, deberá lavarse la ropa y lavarse a sí mismo con agua, y será considerado impuro hasta el anochecer”.
- ¿Estaba escrito el Levítico cuando Jacob conoció a Raquel?
- El Levítico fue escrito muchos años después, por los miembros de la tribu de Leví, el tercer hijo que Jacob tuvo con Lía, pero sus enseñanzas fueron siempre de gran importancia para los israelitas antes de que se pusiesen por escrito en un libro, y algunos de sus mandatos aún siguen vigentes en nuestros días para otros muchos pueblos y religiones. De hecho, la base fundamental de la predicación de Jesús está escrita en el capítulo 19 versículo 18 donde dice: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Y por supuesto muchas de las cosas escritas en él reflejan el pensamiento que habían tenido, desde hacía muchos años, los habitantes de aquella zona.
martes, 9 de noviembre de 2010
CAPÍTULO 5, ABRAHAM
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Eloy, después de hablar con el recaudador de Nazaret, se desplazó hasta Magdala para contactar con Matías que era el recaudador de aquel pueblo y, con su ayuda, poder comunicarse con María. Al llegar al pueblo, se sorprendió al ver la gran cantidad de soldados romanos que allí había, pero esto le permitió comunicarse fácilmente y ponerse al día de la situación. Al enterarse de que María y su familia habían huido, se convenció de que no tenía sentido permanecer más tiempo en esa época.
Pensó que lo único positivo sería trabajar duro para conseguir viajar al futuro y centrar sus objetivos en la lucha contra la energía nuclear, pero aún no había resuelto la forma de hacerlo y además necesitaba afianzar, de la forma más exacta posible, sus coordenadas temporales. Para ello se trasladó a Egipto saltando cuarenta años atrás, a la época en que Cleopatra era reina de Egipto y amante de Julio César, que hacía unos años acababa de reformar el calendario. Ello le iba a permitir controlar con más exactitud los cálculos que debía realizar para su viaje de vuelta. La presencia romana en Egipto le permitiría comunicarse e incluso aprender el idioma de los egipcios.
En Egipto conoció a Julio César, el hombre que había amurallado a Híspalis, la ciudad donde Eloy había nacido, a la que los romanos habían llamado así porque al llegar a ella se encontraron unas casas que, para poder sobrevivir en las etapas de crecida del río que los romanos llamaban Betis, estaban construidas sobre palos. Y eso es lo que significa “hispalis”, sobre palos.
Estuvo varios años intentando que su nave pudiese avanzar en el tiempo. Llegó a dominar el idioma de los egipcios, pero cuando se decidió a viajar en el tiempo, no pudo conseguir su objetivo y el salto volvió a ser hacia atrás. Siguió viajando por otras etapas de la historia de esa gran civilización. Pudo contemplar una terrible sequía que duró siete años y llenó de miseria y hambre a toda la población, y que sin embargo había estado precedida por otros siete de espléndidas cosechas.
Retrocediendo cien años, se desplazó Eloy hasta las tierras irrigadas por los ríos Tigris y Eufrates y allí, en una ciudad llamada Ur, conoció a un hombre rico cuyo nombre era Abram. Éste poseía grandes rebaños heredados de su padre y un gran número de esclavos que trabajaban a su servicio. Eloy había viajado ya por toda la historia y no deseaba seguir retrocediendo. Después de casi un año sin poder conseguir que su nave volviese al futuro, estaba deprimido y pensando en darse por vencido. Seguramente su esposa habría tenido que padecer los horrores de una guerra nuclear y ya estaría muerta. Como cada noche proyectó el holograma de Carmen y se durmió escuchándola y, como casi siempre, volvió a soñar con ella, que le animó a no desfallecer y a seguir trabajando. Al despertarse vio que la despensa estaba vacía y se dispuso para conseguir comida. Esto no le suponía ningún problema ya que el rayo láser le permitía cazar o derribar ramas de árboles de las que luego recogía los frutos con el brazo mecánico de la nave. Otras veces se presentaba a los hombres en forma de holograma y les ayudaba a cazar, con lo que conseguía que ellos, en agradecimiento le ofrendasen todo tipo de alimentos ya cocinados. Se quedó a vivir con Abram y sus gentes, estudiándolos atentamente hasta poder conseguir hablar su idioma. Los hombres lo tomaban fácilmente como a un dios, pero él lo que deseaba era poder comunicarse con alguien y tener un amigo al que poder contarle sus penas. Estaba seguro de que nadie iba a entenderlo si decía toda la verdad, pero al menos lo entenderían si les contaba que se sentía solo y que necesitaba sentirse amado. Abram lo tomaba por un ángel y estaba muy contento con su presencia, por lo que ofrecía frecuentemente sacrificios a Dios. Naturalmente, esos sacrificios eran puntualmente recogidos por Eloy que de esa forma se ahorraba el tener que cazar y cocinar, con lo que le quedaba más tiempo libre para dedicarse a intentar que su nave pudiese viajar al futuro. Por fin Eloy consiguió lo que tanto había deseado y lo anotó gozoso en el diario de navegación. Como había prometido hizo la anotación en forma de carta a su amada esposa. “Querida Carmen, al fin lo he conseguido. Mañana el Ave Fénix podrá viajar hacia el futuro. No será tan fácil como yo hubiese deseado, ya que solo podré dar un pequeño salto en el tiempo y luego necesitaré un largo periodo de espera, recargando energía para poder dar el siguiente salto, pero éste podrá ser más largo y así sucesivamente. Poco a poco iré avanzando hasta poder reunirme contigo. Según mis cálculos, habrán pasado diez años desde nuestra separación hasta que podamos volver a vernos, y tal como iban las cosas en nuestra época, es muy posible que la guerra haya borrado al ser humano de la faz de la Tierra, pero yo iré haciendo todo lo que crea conveniente para evitar ese desenlace fatal.”
A la mañana siguiente, Eloy se presentó ante Abram para despedirse de él durante algún tiempo, aunque prometiéndole que volverían a verse.
Abram le dijo:
- Antes de que desaparezcas quisiera pedirte un favor.
- Si está en mi mano te lo concederé.
- Como tú sabes, mi padre ha tenido varias esposas, y de una de ellas tuvo a Saraí, de la que estoy enamorado. Solicito, por tanto, tu bendición y tu permiso para desposarme con ella aunque seamos hermanastros y eso no esté permitido por la ley, pero yo sé que la ley viene de Dios y por ello te pido que hagas una excepción y me permitas tomarla por esposa.
- Te lo permito y te doy mi bendición, pero no es bueno que des escándalo a los de tu pueblo, porque todos se creerían con derecho a adaptar la ley según su conveniencia y esto llevaría a los tuyos al caos.
- Tú podrías presentarte ante ellos y hablar en mi favor.
- No podré ayudarte a convencer a tus familiares y vecinos, porque tengo que marcharme. Ellos no lo aceptarán y os condenarán a muerte.
- Aconséjame y haré lo que me mandes, pero no me pidas que renuncie a ella.
- Toma a Sarai y sal de Ur de Caldea para irte a vivir a otra tierra donde nadie os conozca y podáis encontrar la felicidad, pero para evitar que alguna vez puedan tener noticias de vosotros, os cambiareis de nombre. A partir de ahora tú te llamarás Abraham y ella se llamará Sara.
Abraham tomó a Sara y se marchó, con parte de sus rebaños, hacia el oeste, esperando encontrar la tierra donde él pensaba que Dios le había prometido que encontraría la felicidad.
Eloy consiguió, al fin, dar con su nave el tan ansiado salto hacia el futuro. Fueron solo unos meses, pero era el primer paso del camino que debía recorrer para reencontrar a su amada Carmen.
Sabía que Abraham se había desplazado hacia el oeste buscando el río Jordán y el mar Mediterráneo, así que allá se dirigió con su nave y recorrió el curso del río desde el mar de Galilea hasta el mar Muerto, sin encontrar ningún indicio que lo pudiera llevar hasta su amigo. El Jordán apenas llevaba agua y toda la tierra estaba reseca debido a una larga sequía. Eloy pensó que Abraham habría huido de la sequía buscando otras tierras donde poder encontrar pastos para sus rebaños. Egipto estaba regado por el Nilo, un larguísimo río que tomaba sus aguas de las lluvias tropicales que, periódicamente, caían mucho más al sur. Se dirigió Eloy hacia Egipto y allí encontró a Abraham que, al verlo, se postró a sus pies llorando de gozo por haber vuelto a encontrar a su Dios, porque Abraham no estaba seguro de si Eloy era un ángel que Dios le enviaba o el mismo Dios que venía a visitarlo. Cuando Eloy le preguntó por Sara, Abraham le contó lo que le había pasado.
- Mi señor, tuve miedo de que quisieran quitarme a Sara, y como ningún egipcio se atrevería a tomar por esposa a una mujer que pertenece a otro hombre que aun está vivo, temí que quisieran matarme para poder quedarse con ella. La escondí mientras pude, pero cuando al final descubrieron su presencia, se me ocurrió que sería mejor presentarla como mi hermana y no como mi esposa, de esa forma no faltaría a la verdad y conseguiría salvar la vida, aunque me vi obligado a vender a Sara. Ahora ella es la favorita entre las esposas del hombre más rico de la ciudad y naturalmente vive con él en su casa.
- No temas, porque yo te ayudaré a rescatarla.
Eloy se presentó ante el hombre que había comprado a Sara y lo recriminó por estar viviendo con una mujer que estaba ya casada con otro, advirtiéndole de que si no la devolvía a su marido y lo compensaba por el daño que le había infringido, tendría que enfrentarse a grandes calamidades. Entonces el poderoso egipcio llamó a Abraham y le reprochó que lo hubiese engañado, pero aun así le dio animales y esclavos a condición de que saliese inmediatamente de Egipto con su esposa.
Entre los esclavos que Abraham había recibido, había una bella egipcia llamada Agar, que se dedicaba al servicio personal de Sara.
Como quiera que Sara no había podido darle hijos a Abraham, éste pensaba que era un castigo de Dios por haber tomado por esposa a su hermanastra, pero al ver que tampoco había quedado embarazada durante el tiempo en que fue esposa de otro hombre, creyó que ella era estéril, y entonces pidió a Eloy que le permitiese desposarse con Agar. Eloy accedió a la petición de su amigo y se despidió de él, prometiéndole que tendrían un próximo encuentro en el futuro.
Abraham tuvo un hijo de Agar al que puso por nombre Ismael. Estaba muy encariñado con él, y como consecuencia de este cariño iba aumentando también el que sentía hacia su madre. Abraham tenía por entonces noventa y nueve años. Al ver Sara que Agar se estaba apoderando del corazón de Abraham, luchó por recuperar su amor y consiguió darle un hijo al que llamaron Isaac. Tenía Abrahán cien años egipcios cuando nació su hijo Isaac, que ya era una edad muy avanzada para lo que un hombre normal solía vivir en aquella época.
Pero Isaac no podía competir con su hermano mayor Ismael y la pugna entre las dos esposas por conseguir el primer puesto ante su marido, se proyectaba hacia los niños, que empezaron también a enemistarse. Naturalmente, Isaac que era el más débil llevaba siempre las de perder. Entonces Sara convenció a Abraham para que echara de su campamento a Ismael y a su madre. Abraham había tomado un gran aprecio a Ismael y a su madre y sabía que le iba a costar mucho el acostumbrarse a vivir sin ellos, pero tuvo que acceder a los deseos de Sara, porque veía que era imposible que reinase la paz entre ambas mujeres, y puestos a elegir estaba muy claro cual iba a ser su decisión. Pero pasaron los años y el remordimiento por la injusticia cometida contra su mujer y su hijo no abandonaba la mente de Abraham. Constantemente hacía sacrificios a Dios para que lo perdonase y esperaba que volviese a aparecer Eloy como prueba de que Dios lo había perdonado, pero Eloy no aparecía. Abraham no podía soportar la vida con una carga tan pesada gravitando constantemente sobre su conciencia. Ya no le importaba tener una gran descendencia sino poder vivir en paz. Desesperado, llegó a la conclusión de que la única forma de alcanzar el perdón era sacrificar aquello que más quería en la vida, es decir su hijo Isaac. Pidió a su hijo que lo acompañara al monte para ofrecer un sacrificio. Por el camino, Isaac le dijo:
- Padre, llevamos la leña para hacer el fuego y el cuchillo para matar a la víctima, pero, ¿Cuál será el animal que sacrificaremos?
- No te preocupes por ello porque en su momento Dios nos lo proporcionará.
Abraham había perdido ya a su primogénito Ismael, por haber decidido a algo que nunca había querido, pero que se había visto obligado a hacer para satisfacer a Sara, y ahora estaba dispuesto a hacer algo, que tampoco quería y por lo que Sara nunca lo podría perdonar, pero él buscaba desesperadamente a Dios y necesitaba a toda costa obtener su perdón, ya no le importaban sus descendientes, ni sus sueños.
Por fortuna para Isaac, el salto de Eloy en el tiempo lo había llevado justo a aquel momento, y al preguntar a Sara donde estaba su esposo, ésta le dijo que había ido al monte a ofrecer un sacrificio.
Al llegar a la cima de la colina, se llenó de gozo el corazón de Abrahán al notar la presencia de Eloy.
־ Por fin has vuelto. Ha sido muy duro para mí tener que tomar esta decisión, pero ya veo que era lo único que podía hacer para alcanzar el perdón de Dios.
־ ¿A qué te refieres?
־ A que mis pecados han ofendido tanto a Dios, que ya nada podía hacer para que Él se acercase a mí de nuevo, por eso he decidido sacrificar a mi hijo, que es lo que más quiero, y veo que mi decisión ha sido acertada, porque tú has vuelto a venir.
- Escucha Abraham: Dios no quiere que sacrifiques a tu hijo, por eso me ha enviado, por eso y porque quiere que te diga que te ha perdonado tus pecados y desea que seas feliz. Estaré contigo un tiempo y luego me marcharé para siempre porque hay otros hombres que también necesitan mi ayuda.
Abraham vivió feliz el resto de su vida sabiendo que Dios lo quería y le perdonaba sus pecados. Tras la muerte de Sara, cuando ésta tenía ciento veinte años, Abraham se casó con Cétura y tuvo con ella seis hijos, y murió a los ciento setenta y cinco años.
CÓMO SE HIZO LA NOVELA
LA HISTORIA DE ELOY
CAPÍTULO 5
María comentó a su padre:
- La historia de Abraham es muy interesante, pero hay en ella varias cosas que son difíciles de creer: Casarse con su hermana, venderla a otro hombre, abandonar a su primogénito, intentar matar al único hijo que le quedaba.
- En el libro del Génesis, la historia de Abraham ocupa desde el capítulo12 al 25, ambos incluidos. Lo que se cuenta en este capítulo, de nuestra novela, es una ficción basada en los textos bíblicos y a veces, sorprende que lo que parece más inverosímil es casi textual. Por ejemplo, en el capítulo 12, del Génesis, se puede leer en el versículo 19, lo que le dice el faraón a Abraham: “¿Por qué dijiste: Es mi hermana, de manera que yo me la tomara por mujer? Ahora, pues, ahí tienes a tu mujer; tómala y vete”. Y en el capítulo 20, vemos que casi se repite la historia, aunque en este caso, no con el faraón de Egipto, sino con el rey de un lugar llamado Guerar.
- Y ¿qué me dices de que muriera a los 175 años y que tuviese un hijo con 100?
- Son datos sacados de la Biblia, pero sin duda se refieren a estaciones de años egipcios, es decir que tuvo a Isaac con poco más de treinta y tres años solares y murió antes de cumplir los 59, ya que los egipcios dividían el año solar en tres estaciones: la inundación o época de crecida, que duraba aproximadamente tres meses; la aparición de los campos al retirarse el agua, que duraba cinco meses; y la sequía que permanecía cuatro meses, para volver a repetirse el ciclo. Los astrónomos llegaron a conocer con bastante exactitud la duración de los años solares, pero el pueblo llano lo que veía eran estas etapas que marcaba el Nilo, y puede que midieran su edad por el número de estas etapas que vivían, y que se iniciaban con la crecida del Nilo, la siembra y la cosecha.
- ¿De dónde has sacado eso de los años egipcios?
- Lo miré en Internet aunque en este momento no recuerdo donde, pero no vale la pena que nos paremos a buscarlo, porque no estamos escribiendo un libro histórico, sino una ficción, y no necesitamos demostrar nuestras afirmaciones, y si a veces lo hacemos es sólo por orientar al posible lector de nuestras historias.
- Hablando de otra cosa. Hemos hecho que Eloy coincida con Julio César, porque tenía que fijar las coordenadas temporales, pero ¿por qué no nos hemos quedado más tiempo con él para aprovechar sus múltiples aventuras?
- Porque si iniciásemos una rama de tales dimensiones, nos apartaríamos del esquema general de nuestra novela, que está en mi mente hace muchos años.
- Pero Julio César es el fundador de Sevilla, y a mí me gustaría saber cómo fue la fundación de mi ciudad. Si no vamos a incluirla en la novela, al menos cuéntamela.
- Ya que estás tan interesada, te contaré algo, pero para empezar he de decirte que la ciudad a la que los romanos llamaron Híspalis, ya estaba aquí cuando ellos llegaron. Hace varios años, cuando empezamos a escribir esta historia, ya te comenté algo de esto, pero como estás interesada en conocer más sobre el tema, te contaré mi versión de la leyenda. Porque las leyendas, al no ser historia, se pueden ir modificando cada vez que se cuentan. Según la leyenda, la ciudad había sido edificada, por Hércules, en la margen derecha de aquel gran río, y muy cerca de su desembocadura. Los tartesios, que eran los habitantes de aquella zona, vivían en una cornisa elevada, que estaba a salvo de las grandes crecidas que se producían todos los inviernos. Ellos dieron a Hércules esos terrenos inundables en pago por unos trabajos que les había realizado. Sabían que allí era imposible fundar una ciudad y que Hércules tendría que abandonar su idea después del primer invierno, pero Hércules, que no sólo era famoso por su fuerza sino también por su inteligencia, construyó las casas sobre palos para que de esta forma las viviendas se mantuviesen habitables aún en las épocas de crecida. Pero Cesar quiso construir allí un gran puerto desde donde pudiese mandar a Roma las muchas riquezas de la región Bética. Para construir una ciudad al estilo romano decidió cercarla con una muralla que la protegiese del río. Así nació la nueva Híspalis, que conservó ese nombre en recuerdo de la astucia de su fundador, pero que ya no tenía las casas elevadas sobre palos. Julio se casó en Hispalis y cuando estaba a punto de nacer su primer hijo, los augurios anunciaron que ese primer hijo lo mataría. Para protegerse, y desoyendo las súplicas de su esposa para que tuviese piedad de su hijo, la abandonó y mando que ese niño fuese ejecutado en cuanto naciese, y que lo enterrasen debajo de la muralla que se estaba construyendo. Pero el destino, que no es fácil de burlar, quiso que aquella mujer pariese dos gemelos y, en venganza por el mal trato recibido de su esposo, entregó a los soldados a su segundo hijo para que se cumpliese, en él, el dictado de Cesar, pero ocultó al otro, al que puso por nombre Bruto, y lo preparó para que años más tarde, en el senado de Roma, pudiese consumar su venganza, matando a su padre, que sin saber que era su padre natural, lo había adoptado como hijo. Tras ser apuñalado, Julio César miró a Bruto y le dijo, preguntándose el motivo de aquella aparente sin razón: “¿tú también? hijo mío”. De todo esto que te he contado, sólo una pequeña parte está reconocida como histórica. Lo demás forma parte de una de las muchas leyendas de Sevilla.
- Y ¿cuál es la parte histórica? -preguntó María.
- La verdad es que Híspalis existió, que Julio César la amuralló y que Bruto mató a César. Lo demás es leyenda, pero dicen que todas las leyendas esconden entre sus fantasías un poco de verdad.
Eloy, después de hablar con el recaudador de Nazaret, se desplazó hasta Magdala para contactar con Matías que era el recaudador de aquel pueblo y, con su ayuda, poder comunicarse con María. Al llegar al pueblo, se sorprendió al ver la gran cantidad de soldados romanos que allí había, pero esto le permitió comunicarse fácilmente y ponerse al día de la situación. Al enterarse de que María y su familia habían huido, se convenció de que no tenía sentido permanecer más tiempo en esa época.
Pensó que lo único positivo sería trabajar duro para conseguir viajar al futuro y centrar sus objetivos en la lucha contra la energía nuclear, pero aún no había resuelto la forma de hacerlo y además necesitaba afianzar, de la forma más exacta posible, sus coordenadas temporales. Para ello se trasladó a Egipto saltando cuarenta años atrás, a la época en que Cleopatra era reina de Egipto y amante de Julio César, que hacía unos años acababa de reformar el calendario. Ello le iba a permitir controlar con más exactitud los cálculos que debía realizar para su viaje de vuelta. La presencia romana en Egipto le permitiría comunicarse e incluso aprender el idioma de los egipcios.
En Egipto conoció a Julio César, el hombre que había amurallado a Híspalis, la ciudad donde Eloy había nacido, a la que los romanos habían llamado así porque al llegar a ella se encontraron unas casas que, para poder sobrevivir en las etapas de crecida del río que los romanos llamaban Betis, estaban construidas sobre palos. Y eso es lo que significa “hispalis”, sobre palos.
Estuvo varios años intentando que su nave pudiese avanzar en el tiempo. Llegó a dominar el idioma de los egipcios, pero cuando se decidió a viajar en el tiempo, no pudo conseguir su objetivo y el salto volvió a ser hacia atrás. Siguió viajando por otras etapas de la historia de esa gran civilización. Pudo contemplar una terrible sequía que duró siete años y llenó de miseria y hambre a toda la población, y que sin embargo había estado precedida por otros siete de espléndidas cosechas.
Retrocediendo cien años, se desplazó Eloy hasta las tierras irrigadas por los ríos Tigris y Eufrates y allí, en una ciudad llamada Ur, conoció a un hombre rico cuyo nombre era Abram. Éste poseía grandes rebaños heredados de su padre y un gran número de esclavos que trabajaban a su servicio. Eloy había viajado ya por toda la historia y no deseaba seguir retrocediendo. Después de casi un año sin poder conseguir que su nave volviese al futuro, estaba deprimido y pensando en darse por vencido. Seguramente su esposa habría tenido que padecer los horrores de una guerra nuclear y ya estaría muerta. Como cada noche proyectó el holograma de Carmen y se durmió escuchándola y, como casi siempre, volvió a soñar con ella, que le animó a no desfallecer y a seguir trabajando. Al despertarse vio que la despensa estaba vacía y se dispuso para conseguir comida. Esto no le suponía ningún problema ya que el rayo láser le permitía cazar o derribar ramas de árboles de las que luego recogía los frutos con el brazo mecánico de la nave. Otras veces se presentaba a los hombres en forma de holograma y les ayudaba a cazar, con lo que conseguía que ellos, en agradecimiento le ofrendasen todo tipo de alimentos ya cocinados. Se quedó a vivir con Abram y sus gentes, estudiándolos atentamente hasta poder conseguir hablar su idioma. Los hombres lo tomaban fácilmente como a un dios, pero él lo que deseaba era poder comunicarse con alguien y tener un amigo al que poder contarle sus penas. Estaba seguro de que nadie iba a entenderlo si decía toda la verdad, pero al menos lo entenderían si les contaba que se sentía solo y que necesitaba sentirse amado. Abram lo tomaba por un ángel y estaba muy contento con su presencia, por lo que ofrecía frecuentemente sacrificios a Dios. Naturalmente, esos sacrificios eran puntualmente recogidos por Eloy que de esa forma se ahorraba el tener que cazar y cocinar, con lo que le quedaba más tiempo libre para dedicarse a intentar que su nave pudiese viajar al futuro. Por fin Eloy consiguió lo que tanto había deseado y lo anotó gozoso en el diario de navegación. Como había prometido hizo la anotación en forma de carta a su amada esposa. “Querida Carmen, al fin lo he conseguido. Mañana el Ave Fénix podrá viajar hacia el futuro. No será tan fácil como yo hubiese deseado, ya que solo podré dar un pequeño salto en el tiempo y luego necesitaré un largo periodo de espera, recargando energía para poder dar el siguiente salto, pero éste podrá ser más largo y así sucesivamente. Poco a poco iré avanzando hasta poder reunirme contigo. Según mis cálculos, habrán pasado diez años desde nuestra separación hasta que podamos volver a vernos, y tal como iban las cosas en nuestra época, es muy posible que la guerra haya borrado al ser humano de la faz de la Tierra, pero yo iré haciendo todo lo que crea conveniente para evitar ese desenlace fatal.”
A la mañana siguiente, Eloy se presentó ante Abram para despedirse de él durante algún tiempo, aunque prometiéndole que volverían a verse.
Abram le dijo:
- Antes de que desaparezcas quisiera pedirte un favor.
- Si está en mi mano te lo concederé.
- Como tú sabes, mi padre ha tenido varias esposas, y de una de ellas tuvo a Saraí, de la que estoy enamorado. Solicito, por tanto, tu bendición y tu permiso para desposarme con ella aunque seamos hermanastros y eso no esté permitido por la ley, pero yo sé que la ley viene de Dios y por ello te pido que hagas una excepción y me permitas tomarla por esposa.
- Te lo permito y te doy mi bendición, pero no es bueno que des escándalo a los de tu pueblo, porque todos se creerían con derecho a adaptar la ley según su conveniencia y esto llevaría a los tuyos al caos.
- Tú podrías presentarte ante ellos y hablar en mi favor.
- No podré ayudarte a convencer a tus familiares y vecinos, porque tengo que marcharme. Ellos no lo aceptarán y os condenarán a muerte.
- Aconséjame y haré lo que me mandes, pero no me pidas que renuncie a ella.
- Toma a Sarai y sal de Ur de Caldea para irte a vivir a otra tierra donde nadie os conozca y podáis encontrar la felicidad, pero para evitar que alguna vez puedan tener noticias de vosotros, os cambiareis de nombre. A partir de ahora tú te llamarás Abraham y ella se llamará Sara.
Abraham tomó a Sara y se marchó, con parte de sus rebaños, hacia el oeste, esperando encontrar la tierra donde él pensaba que Dios le había prometido que encontraría la felicidad.
Eloy consiguió, al fin, dar con su nave el tan ansiado salto hacia el futuro. Fueron solo unos meses, pero era el primer paso del camino que debía recorrer para reencontrar a su amada Carmen.
Sabía que Abraham se había desplazado hacia el oeste buscando el río Jordán y el mar Mediterráneo, así que allá se dirigió con su nave y recorrió el curso del río desde el mar de Galilea hasta el mar Muerto, sin encontrar ningún indicio que lo pudiera llevar hasta su amigo. El Jordán apenas llevaba agua y toda la tierra estaba reseca debido a una larga sequía. Eloy pensó que Abraham habría huido de la sequía buscando otras tierras donde poder encontrar pastos para sus rebaños. Egipto estaba regado por el Nilo, un larguísimo río que tomaba sus aguas de las lluvias tropicales que, periódicamente, caían mucho más al sur. Se dirigió Eloy hacia Egipto y allí encontró a Abraham que, al verlo, se postró a sus pies llorando de gozo por haber vuelto a encontrar a su Dios, porque Abraham no estaba seguro de si Eloy era un ángel que Dios le enviaba o el mismo Dios que venía a visitarlo. Cuando Eloy le preguntó por Sara, Abraham le contó lo que le había pasado.
- Mi señor, tuve miedo de que quisieran quitarme a Sara, y como ningún egipcio se atrevería a tomar por esposa a una mujer que pertenece a otro hombre que aun está vivo, temí que quisieran matarme para poder quedarse con ella. La escondí mientras pude, pero cuando al final descubrieron su presencia, se me ocurrió que sería mejor presentarla como mi hermana y no como mi esposa, de esa forma no faltaría a la verdad y conseguiría salvar la vida, aunque me vi obligado a vender a Sara. Ahora ella es la favorita entre las esposas del hombre más rico de la ciudad y naturalmente vive con él en su casa.
- No temas, porque yo te ayudaré a rescatarla.
Eloy se presentó ante el hombre que había comprado a Sara y lo recriminó por estar viviendo con una mujer que estaba ya casada con otro, advirtiéndole de que si no la devolvía a su marido y lo compensaba por el daño que le había infringido, tendría que enfrentarse a grandes calamidades. Entonces el poderoso egipcio llamó a Abraham y le reprochó que lo hubiese engañado, pero aun así le dio animales y esclavos a condición de que saliese inmediatamente de Egipto con su esposa.
Entre los esclavos que Abraham había recibido, había una bella egipcia llamada Agar, que se dedicaba al servicio personal de Sara.
Como quiera que Sara no había podido darle hijos a Abraham, éste pensaba que era un castigo de Dios por haber tomado por esposa a su hermanastra, pero al ver que tampoco había quedado embarazada durante el tiempo en que fue esposa de otro hombre, creyó que ella era estéril, y entonces pidió a Eloy que le permitiese desposarse con Agar. Eloy accedió a la petición de su amigo y se despidió de él, prometiéndole que tendrían un próximo encuentro en el futuro.
Abraham tuvo un hijo de Agar al que puso por nombre Ismael. Estaba muy encariñado con él, y como consecuencia de este cariño iba aumentando también el que sentía hacia su madre. Abraham tenía por entonces noventa y nueve años. Al ver Sara que Agar se estaba apoderando del corazón de Abraham, luchó por recuperar su amor y consiguió darle un hijo al que llamaron Isaac. Tenía Abrahán cien años egipcios cuando nació su hijo Isaac, que ya era una edad muy avanzada para lo que un hombre normal solía vivir en aquella época.
Pero Isaac no podía competir con su hermano mayor Ismael y la pugna entre las dos esposas por conseguir el primer puesto ante su marido, se proyectaba hacia los niños, que empezaron también a enemistarse. Naturalmente, Isaac que era el más débil llevaba siempre las de perder. Entonces Sara convenció a Abraham para que echara de su campamento a Ismael y a su madre. Abraham había tomado un gran aprecio a Ismael y a su madre y sabía que le iba a costar mucho el acostumbrarse a vivir sin ellos, pero tuvo que acceder a los deseos de Sara, porque veía que era imposible que reinase la paz entre ambas mujeres, y puestos a elegir estaba muy claro cual iba a ser su decisión. Pero pasaron los años y el remordimiento por la injusticia cometida contra su mujer y su hijo no abandonaba la mente de Abraham. Constantemente hacía sacrificios a Dios para que lo perdonase y esperaba que volviese a aparecer Eloy como prueba de que Dios lo había perdonado, pero Eloy no aparecía. Abraham no podía soportar la vida con una carga tan pesada gravitando constantemente sobre su conciencia. Ya no le importaba tener una gran descendencia sino poder vivir en paz. Desesperado, llegó a la conclusión de que la única forma de alcanzar el perdón era sacrificar aquello que más quería en la vida, es decir su hijo Isaac. Pidió a su hijo que lo acompañara al monte para ofrecer un sacrificio. Por el camino, Isaac le dijo:
- Padre, llevamos la leña para hacer el fuego y el cuchillo para matar a la víctima, pero, ¿Cuál será el animal que sacrificaremos?
- No te preocupes por ello porque en su momento Dios nos lo proporcionará.
Abraham había perdido ya a su primogénito Ismael, por haber decidido a algo que nunca había querido, pero que se había visto obligado a hacer para satisfacer a Sara, y ahora estaba dispuesto a hacer algo, que tampoco quería y por lo que Sara nunca lo podría perdonar, pero él buscaba desesperadamente a Dios y necesitaba a toda costa obtener su perdón, ya no le importaban sus descendientes, ni sus sueños.
Por fortuna para Isaac, el salto de Eloy en el tiempo lo había llevado justo a aquel momento, y al preguntar a Sara donde estaba su esposo, ésta le dijo que había ido al monte a ofrecer un sacrificio.
Al llegar a la cima de la colina, se llenó de gozo el corazón de Abrahán al notar la presencia de Eloy.
־ Por fin has vuelto. Ha sido muy duro para mí tener que tomar esta decisión, pero ya veo que era lo único que podía hacer para alcanzar el perdón de Dios.
־ ¿A qué te refieres?
־ A que mis pecados han ofendido tanto a Dios, que ya nada podía hacer para que Él se acercase a mí de nuevo, por eso he decidido sacrificar a mi hijo, que es lo que más quiero, y veo que mi decisión ha sido acertada, porque tú has vuelto a venir.
- Escucha Abraham: Dios no quiere que sacrifiques a tu hijo, por eso me ha enviado, por eso y porque quiere que te diga que te ha perdonado tus pecados y desea que seas feliz. Estaré contigo un tiempo y luego me marcharé para siempre porque hay otros hombres que también necesitan mi ayuda.
Abraham vivió feliz el resto de su vida sabiendo que Dios lo quería y le perdonaba sus pecados. Tras la muerte de Sara, cuando ésta tenía ciento veinte años, Abraham se casó con Cétura y tuvo con ella seis hijos, y murió a los ciento setenta y cinco años.
CÓMO SE HIZO LA NOVELA
LA HISTORIA DE ELOY
CAPÍTULO 5
María comentó a su padre:
- La historia de Abraham es muy interesante, pero hay en ella varias cosas que son difíciles de creer: Casarse con su hermana, venderla a otro hombre, abandonar a su primogénito, intentar matar al único hijo que le quedaba.
- En el libro del Génesis, la historia de Abraham ocupa desde el capítulo12 al 25, ambos incluidos. Lo que se cuenta en este capítulo, de nuestra novela, es una ficción basada en los textos bíblicos y a veces, sorprende que lo que parece más inverosímil es casi textual. Por ejemplo, en el capítulo 12, del Génesis, se puede leer en el versículo 19, lo que le dice el faraón a Abraham: “¿Por qué dijiste: Es mi hermana, de manera que yo me la tomara por mujer? Ahora, pues, ahí tienes a tu mujer; tómala y vete”. Y en el capítulo 20, vemos que casi se repite la historia, aunque en este caso, no con el faraón de Egipto, sino con el rey de un lugar llamado Guerar.
- Y ¿qué me dices de que muriera a los 175 años y que tuviese un hijo con 100?
- Son datos sacados de la Biblia, pero sin duda se refieren a estaciones de años egipcios, es decir que tuvo a Isaac con poco más de treinta y tres años solares y murió antes de cumplir los 59, ya que los egipcios dividían el año solar en tres estaciones: la inundación o época de crecida, que duraba aproximadamente tres meses; la aparición de los campos al retirarse el agua, que duraba cinco meses; y la sequía que permanecía cuatro meses, para volver a repetirse el ciclo. Los astrónomos llegaron a conocer con bastante exactitud la duración de los años solares, pero el pueblo llano lo que veía eran estas etapas que marcaba el Nilo, y puede que midieran su edad por el número de estas etapas que vivían, y que se iniciaban con la crecida del Nilo, la siembra y la cosecha.
- ¿De dónde has sacado eso de los años egipcios?
- Lo miré en Internet aunque en este momento no recuerdo donde, pero no vale la pena que nos paremos a buscarlo, porque no estamos escribiendo un libro histórico, sino una ficción, y no necesitamos demostrar nuestras afirmaciones, y si a veces lo hacemos es sólo por orientar al posible lector de nuestras historias.
- Hablando de otra cosa. Hemos hecho que Eloy coincida con Julio César, porque tenía que fijar las coordenadas temporales, pero ¿por qué no nos hemos quedado más tiempo con él para aprovechar sus múltiples aventuras?
- Porque si iniciásemos una rama de tales dimensiones, nos apartaríamos del esquema general de nuestra novela, que está en mi mente hace muchos años.
- Pero Julio César es el fundador de Sevilla, y a mí me gustaría saber cómo fue la fundación de mi ciudad. Si no vamos a incluirla en la novela, al menos cuéntamela.
- Ya que estás tan interesada, te contaré algo, pero para empezar he de decirte que la ciudad a la que los romanos llamaron Híspalis, ya estaba aquí cuando ellos llegaron. Hace varios años, cuando empezamos a escribir esta historia, ya te comenté algo de esto, pero como estás interesada en conocer más sobre el tema, te contaré mi versión de la leyenda. Porque las leyendas, al no ser historia, se pueden ir modificando cada vez que se cuentan. Según la leyenda, la ciudad había sido edificada, por Hércules, en la margen derecha de aquel gran río, y muy cerca de su desembocadura. Los tartesios, que eran los habitantes de aquella zona, vivían en una cornisa elevada, que estaba a salvo de las grandes crecidas que se producían todos los inviernos. Ellos dieron a Hércules esos terrenos inundables en pago por unos trabajos que les había realizado. Sabían que allí era imposible fundar una ciudad y que Hércules tendría que abandonar su idea después del primer invierno, pero Hércules, que no sólo era famoso por su fuerza sino también por su inteligencia, construyó las casas sobre palos para que de esta forma las viviendas se mantuviesen habitables aún en las épocas de crecida. Pero Cesar quiso construir allí un gran puerto desde donde pudiese mandar a Roma las muchas riquezas de la región Bética. Para construir una ciudad al estilo romano decidió cercarla con una muralla que la protegiese del río. Así nació la nueva Híspalis, que conservó ese nombre en recuerdo de la astucia de su fundador, pero que ya no tenía las casas elevadas sobre palos. Julio se casó en Hispalis y cuando estaba a punto de nacer su primer hijo, los augurios anunciaron que ese primer hijo lo mataría. Para protegerse, y desoyendo las súplicas de su esposa para que tuviese piedad de su hijo, la abandonó y mando que ese niño fuese ejecutado en cuanto naciese, y que lo enterrasen debajo de la muralla que se estaba construyendo. Pero el destino, que no es fácil de burlar, quiso que aquella mujer pariese dos gemelos y, en venganza por el mal trato recibido de su esposo, entregó a los soldados a su segundo hijo para que se cumpliese, en él, el dictado de Cesar, pero ocultó al otro, al que puso por nombre Bruto, y lo preparó para que años más tarde, en el senado de Roma, pudiese consumar su venganza, matando a su padre, que sin saber que era su padre natural, lo había adoptado como hijo. Tras ser apuñalado, Julio César miró a Bruto y le dijo, preguntándose el motivo de aquella aparente sin razón: “¿tú también? hijo mío”. De todo esto que te he contado, sólo una pequeña parte está reconocida como histórica. Lo demás forma parte de una de las muchas leyendas de Sevilla.
- Y ¿cuál es la parte histórica? -preguntó María.
- La verdad es que Híspalis existió, que Julio César la amuralló y que Bruto mató a César. Lo demás es leyenda, pero dicen que todas las leyendas esconden entre sus fantasías un poco de verdad.
domingo, 24 de octubre de 2010
CAPÍTULO 4, EL PRIMER FRACASO
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No sé cómo tienes configurada la pantalla, pero si puedes ver 5 o más pájaros volando en la parte alta, podrás ver que en el margen derecho (tu derecha) están las distintas entradas que corresponden a los 16 capítulos y la introducción. Para acceder a cualquiera de ellos sólo tienes que hacer clic en el capítulo que te interese. No olvides la introducción. El capítulo 1 está en septiembre.
Eloy tenía muy claro dónde y cuándo se habían inventado los hologramas, así que marcó las coordenadas temporales en el panel de control y, elevando su nave, saltó cien años atrás. El desplazamiento en el espacio no tuvo que ser tan grande, ya que el profesor C. García, inventor de los hologramas, tenía su laboratorio en Híspalis. Hubiese sido muy fácil matarlo y destruir su laboratorio, pero él no era un asesino. Además, entre las normas que había convenido con su esposa, estaba la de no matar a nadie. Decidió hablar con el profesor, aunque sin salir de la nave, esa era también una de las normas fundamentales que se había impuesto como medida de seguridad. Se presentó en forma de holograma que se plantó ante la puerta del laboratorio y gritó pidiendo que le abriesen.
־ ¡Profesor García, profesor García!
Unos segundos más tarde abrió la puerta una hermosa mujer. Eloy le preguntó por el profesor C. García y ella le contestó que su nombre era Carmen García y que seguramente era la persona a la que él buscaba, ya que efectivamente era profesora y allí no había ningún profesor que llevase su apellido. Eloy la puso al corriente de lo que iba a suceder y trató de convencerla para que abandonase sus trabajos, pero ella no tenía ninguna prueba de que Eloy estuviese diciendo la verdad, además el hecho de que se presentase en forma de holograma le garantizaba que su trabajos iban a tener éxito y le animaba, más aún, a seguir en su empeño. Dijo a Eloy que la solución no era impedir el descubrimiento de los hologramas sino evitar su uso inadecuado. Eloy le pidió que reconsiderase su postura porque si no le dejaba otra salida, tendría que matarla. Aunque estaba seguro de que eliminarla podría ser la forma más sencilla de solucionar el problema, su advertencia no era más que una amenaza, que por supuesto no pensaba cumplir, pero para demostrarle que podía hacerlo, lanzó un rayo láser sobre una maceta que había junto a la puerta, destruyéndola por completo. La profesora, cayó al suelo aturdida por la explosión, y le dijo:
־ De nada te serviría matarme, porque mi descubrimiento se ha publicado hace un año.
Después, se cubrió la cara con las manos pensando que él iba a volver a disparar. Entonces Eloy vio el anillo que ella llevaba y pudo comprobar que era el mismo que siempre llevaba su esposa, es decir que la profesora era una antepasada de Carmen, concretamente una de sus tatarabuelas. No podía matarla porque entonces nunca llegaría a nacer su esposa, así que decidió saltar un año más atrás. Una vez allí, trataría de impedir la publicación del descubrimiento y sabotear el laboratorio para que los hologramas nunca llegaran a desarrollarse.
Ofuscado y contrariado porque sus planes no salían como él tenía previsto, Eloy situó las coordenadas para saltar un año más atrás, pero no se dio cuenta de que en el momento del salto pasaba, cerca del laboratorio, un tren de levitación magnética, y el campo producido por éste provocó una interferencia en los controles de la nave, que la iba a hacer llegar a un tiempo muy anterior al previsto. Cuando Eloy llegó a lo que él creía un año atrás, pudo observar con desagradable sorpresa, que en lugar de la línea por donde había pasado el tren de levitación magnética, había una primitiva línea de ferrocarril, por la que circulaba una antigua, aunque por otro lado muy nueva, locomotora de vapor. Se dio cuenta entonces de que su plan había fallado y ya no podía hacer nada por salvar al mundo donde él había vivido, y donde todavía vivía su esposa, de ser destruido por una guerra nuclear. Deprimido por el fracaso decidió descansar y meditar tranquilamente sobre su situación durante unos días antes de dar ningún otro paso. No le seducía la idea de integrarse en un mundo completamente extraño, aunque por otro lado le hubiese resultado muy fácil, ya que el idioma que se hablaba en esa época era un punto intermedio entre el latín primitivo, que él había estudiado concienzudamente y por tanto dominaba a la perfección, y el latín que se hablaba en 1936. Además la posesión de un arma tan poderosa como el Ave Fénix le hubiese permitido convertirse en el soberano de las gentes de esa época, pero él no se sentía tentado por el poder, ni mucho menos por la riqueza. Él quería salvar al mundo de la destrucción pero no tenía ningún deseo de dominarlo. Su única ambición era poder vivir de una forma tranquila junto a su mujer. Tampoco le atraía la idea de convertirse en un turista de la historia y deambular con su nave dando saltos hacia el pasado. Por supuesto que no iba a abandonar la lucha por conseguir que su nave le llevase de vuelta al futuro, pero tenía que hacer algo para que su viaje al futuro no le llevase a un mundo destruido por una guerra atómica. Tenía muy claro que él no era un asesino, pero en la tormenta de ideas que bullía en su cerebro, tomaba cada vez más fuerza la de evitar el desarrollo de la energía nuclear incidiendo sobre aquello que había hecho posible el avance tecnológico de la humanidad, es decir, sobre Jesús, ya que él había sido el que había hecho posible la paz entre los hombres, y esa ausencia de guerras era la que había propiciado el progreso científico y tecnológico. Tal vez no fuese necesario eliminar de la historia a alguien que tanto beneficio iba a traer a la humanidad. Quizás fuese suficiente advertirlo del peligro que iba a suponer, en el futuro, el descubrimiento de los hologramas. Eso podría ser bastante para que él tomase las medidas adecuadas para defenderse.
Decidió viajar a la época en que había vivido Jesús. Sabía que él había celebrado la pascua en Jerusalén cuando tenía treinta y tres años, y eligió ese momento y ese lugar para encontrarlo. Los libros de historia reflejaban esa fecha porque fue entonces cuando Jesús, gracias a la oportuna intervención de su padre, se libró de morir apuñalado por un sicario al que habían contratado sus enemigos. Escudriñó las calles y plazas de Jerusalén, intentando encontrar un grupo de personas que estuviesen escuchando a Jesús, pero no tuvo suerte. Estaba cansado de buscar, cuando de pronto vio a un hombre que corría por una calle. Al llegar a una plaza, Eloy pudo verlo con claridad. Tenía la barba canosa y largo cabello blanco y se parecía mucho a las imágenes que él había visto de Jesús, pero evidentemente era un hombre de más de cincuenta años, y Eloy estaba seguro de no haberse equivocado al fijar las coordenadas. De todas formas, Eloy decidió presentarse ante aquel hombre, y por supuesto lo hizo en forma de holograma, y lo llamó Jesús. Aquel hombre, que estaba jadeando, se detuvo un momento y miró a Eloy con sorpresa. Luego intentó seguir su camino, pero Eloy volvió a hablarle preguntándole abiertamente si era Jesús, pero aquel hombre, que evidentemente no entendía el latín, le contestó en un idioma ininteligible para Eloy, y siguió su camino corriendo desesperadamente. Después de un día de intenso trabajo intentando, sin éxito, contactar con Jesús para comunicarle sus ideas, estaba cansado y deprimido. . Una tormenta de ideas azotaba su mente y cada vez tomaba más fuerza la idea de eliminar definitivamente a Jesús, o incluso la de matar a la madre de Jesús antes de que llegara a concebirlo, para de esa forma evitar su nacimiento. El cansancio ofuscaba su mente y le hacía tomar decisiones erróneas, tanto que llegó a convencerse de que eliminar a María iba a ser la única salida. Fijó, en el panel de control, las coordenadas para viajar a esa época, y se desplazó treinta y cinco años atrás, y viajó a Nazaret, ya que según la tradición, allí había sido concebido Jesús. Era un pueblo pequeño donde no le resultaría difícil encontrarla. Antes de dormirse proyectó la imagen holográfica de Carmen para irse a la cama y, como todas las noches, contemplarla mientras se iba quedando dormido. Esto le ayudaba a relajarse y recapacitar para tomar decisiones sobre lo que iba a hacer el día siguiente. Se quedó dormido contemplando la imagen de Carmen y esa noche soñó con ella. En su sueño su esposa le decía:
־ “Tú no eres un asesino, no debes matar a nadie, además no sabes cuales serían las consecuencias de esa actuación, podría ser peor el remedio que la enfermedad”.
A Carmen se le ocurrió la idea de que intentara contactar con un recaudador de impuestos, ya que ellos deberían conocer el latín para poder entenderse con los romanos. El recaudador podría servirle de intérprete, para conversar con María y advertirle del peligro que iba a suponer para su hijo el descubrimiento de los hologramas.
Al despertar contactó con el publicano que recaudaba los impuestos en Nazaret. Le preguntó por Joaquín y Ana, los padres de María. El recaudador le dijo que esa familia no vivía en Nazaret, pero que en la costa del mar de Galilea, en un lugar llamado Magdala, había unas personas llamadas así, a las que él conocía porque precisamente eran los vecinos del recaudador de aquel pueblo.
CÓMO SE HIZO LA NOVELA
LA HISTORIA DE ELOY
CAPÍTULO 4
Cuando Tomás y María se plantearon la redacción de este capítulo, tenían dos alternativas: que Eloy consiguiese el objetivo que se había propuesto o que fracasase en su intento de salvar al mundo.
Con la primera opción, se habría conseguido un rápido y bonito final feliz de la novela, pero Tomás y María, querían seguir inventando nuevas aventuras y escribiéndolas, y para ello no tenían más remedio que hacer fracasar a Eloy. Los lectores y el público, en caso de obras de teatro o películas, pueden admitir que el protagonista de la obra posea cualidades sobrenaturales, que vuele, que tenga vista de rayos X o que pueda viajar por el tiempo. Incluso disfrutan cuando se dan estos casos, y prueba de ello son la cantidad de obras que han tenido éxito gracias a esto, pero no suelen aceptar que el desarrollo de la narración carezca de lógica.
- Lo lógico -dijo Tomás-, sería que Eloy, tras fracasar en su intento por frenar el desarrollo de los hologramas, intentase evitar el avance de la energía nuclear, pero si tuviese éxito significaría el final de la novela, y eso no es lo que queremos.
- Pero tampoco quisiera que nuestro protagonista fuese un coleccionista de fracasos.
- Por eso haremos que el fracaso de Eloy no se deba a un error suyo, sino a un accidente debido a una interferencia externa ajena a su voluntad. Un campo producido por un tren de levitación magnética.
- Y ¿qué es un tren de levitación magnética?
- Un tren de levitación magnética, o maglev, es un tren suspendido en el aire por encima de una vía, siendo propulsado hacia adelante por medio de las fuerzas repulsivas y atractivas del magnetismo. La ausencia de contacto físico entre el carril y el tren hace que la única fricción sea la del aire. Por consiguiente, los trenes maglev pueden viajar a muy altas velocidades con un bajo nivel de ruido, pudiéndose llegar a alcanzar 650 km/h. Estas altas velocidades hacen que los maglev se conviertan en competidores directos del transporte aéreo. Como inconveniente, destaca el altísimo coste de la infraestructura necesaria para la vía y el sistema eléctrico, lo que ha limitado su uso comercial. Debido a que en la fuerza electromagnética el principal factor de diseño, y también del consumo, es el peso del tren, esta tecnología no es aplicable hoy al transporte de mercancías, lo cual limita enormemente el uso de la carísima infraestructura.
- ¿A qué tiempo y qué lugar llegaría el Ave Fénix después de ese accidente?
- Eso es lo de menos. En todas las novelas de aventuras, hay capítulos que son necesarios para conectar una aventura con otra, pero que sólo sirven como puente entre ellas.
- Si seguimos el orden lógico, después de los hologramas y la energía nuclear, Eloy debería ir en busca de Jesús.
- Eso es lo que hará pero va a encontrarse con la barrera del idioma. Es lógico que Eloy conozca el latín antiguo, pero Jesús es un carpintero de Galilea, y no va a poder entenderse con él. Se me antoja que este desencuentro entre dos personas que no pueden comunicarse, por hablar idiomas distintos, podría convertirse en el episodio de las tentaciones de Jesús, narradas por Mateo en el capítulo 4 de su evangelio. ¿Te lo imaginas?
Tomás leyó a María el citado episodio y luego le relató cómo podría haber sido el encuentro entre Jesús y Eloy.
“Eloy retrocedió varias semanas para buscar a Jesús en Galilea. Se encontró con Jesús en el desierto, pero Jesús no hablaba latín y a Eloy le resultaba muy difícil comunicarse con él. Intentó comunicarse mediante imágenes holográficas, y le mostró algunos alimentos que llevaba en su nave intentando compartir con él su comida y así empezar a ganarse su confianza, pero Jesús que estaba ayunando pensó que aquello era una tentación para que abandonase el ayuno. Luego proyectando su propia imagen, Eloy lo invitó a subir a la nave, cosa a la que Jesús accedió. Lo llevó a Jerusalén, a la parte más alta del Templo, pensando que quedaría impresionado y aceptaría acercarse a él e intentar comunicarse, pero Jesús le hablaba de forma muy clara, y aunque Eloy no podía entenderlo, notaba una actitud de desaprobación y rechazo. Volvió a llevarlo al desierto y tras intentar, en vano, comunicarse con él de todas las formas que se le ocurrían, lo abandonó.”
- No está mal, pero no veo la forma de conectarlo con el resto de la aventura. Me parece mejor, dejar este capítulo como puente, y hacer participar a Eloy en algunas de las muchas aventuras que se narran en la llamada “Historia Sagrada”.
No sé cómo tienes configurada la pantalla, pero si puedes ver 5 o más pájaros volando en la parte alta, podrás ver que en el margen derecho (tu derecha) están las distintas entradas que corresponden a los 16 capítulos y la introducción. Para acceder a cualquiera de ellos sólo tienes que hacer clic en el capítulo que te interese. No olvides la introducción. El capítulo 1 está en septiembre.
Eloy tenía muy claro dónde y cuándo se habían inventado los hologramas, así que marcó las coordenadas temporales en el panel de control y, elevando su nave, saltó cien años atrás. El desplazamiento en el espacio no tuvo que ser tan grande, ya que el profesor C. García, inventor de los hologramas, tenía su laboratorio en Híspalis. Hubiese sido muy fácil matarlo y destruir su laboratorio, pero él no era un asesino. Además, entre las normas que había convenido con su esposa, estaba la de no matar a nadie. Decidió hablar con el profesor, aunque sin salir de la nave, esa era también una de las normas fundamentales que se había impuesto como medida de seguridad. Se presentó en forma de holograma que se plantó ante la puerta del laboratorio y gritó pidiendo que le abriesen.
־ ¡Profesor García, profesor García!
Unos segundos más tarde abrió la puerta una hermosa mujer. Eloy le preguntó por el profesor C. García y ella le contestó que su nombre era Carmen García y que seguramente era la persona a la que él buscaba, ya que efectivamente era profesora y allí no había ningún profesor que llevase su apellido. Eloy la puso al corriente de lo que iba a suceder y trató de convencerla para que abandonase sus trabajos, pero ella no tenía ninguna prueba de que Eloy estuviese diciendo la verdad, además el hecho de que se presentase en forma de holograma le garantizaba que su trabajos iban a tener éxito y le animaba, más aún, a seguir en su empeño. Dijo a Eloy que la solución no era impedir el descubrimiento de los hologramas sino evitar su uso inadecuado. Eloy le pidió que reconsiderase su postura porque si no le dejaba otra salida, tendría que matarla. Aunque estaba seguro de que eliminarla podría ser la forma más sencilla de solucionar el problema, su advertencia no era más que una amenaza, que por supuesto no pensaba cumplir, pero para demostrarle que podía hacerlo, lanzó un rayo láser sobre una maceta que había junto a la puerta, destruyéndola por completo. La profesora, cayó al suelo aturdida por la explosión, y le dijo:
־ De nada te serviría matarme, porque mi descubrimiento se ha publicado hace un año.
Después, se cubrió la cara con las manos pensando que él iba a volver a disparar. Entonces Eloy vio el anillo que ella llevaba y pudo comprobar que era el mismo que siempre llevaba su esposa, es decir que la profesora era una antepasada de Carmen, concretamente una de sus tatarabuelas. No podía matarla porque entonces nunca llegaría a nacer su esposa, así que decidió saltar un año más atrás. Una vez allí, trataría de impedir la publicación del descubrimiento y sabotear el laboratorio para que los hologramas nunca llegaran a desarrollarse.
Ofuscado y contrariado porque sus planes no salían como él tenía previsto, Eloy situó las coordenadas para saltar un año más atrás, pero no se dio cuenta de que en el momento del salto pasaba, cerca del laboratorio, un tren de levitación magnética, y el campo producido por éste provocó una interferencia en los controles de la nave, que la iba a hacer llegar a un tiempo muy anterior al previsto. Cuando Eloy llegó a lo que él creía un año atrás, pudo observar con desagradable sorpresa, que en lugar de la línea por donde había pasado el tren de levitación magnética, había una primitiva línea de ferrocarril, por la que circulaba una antigua, aunque por otro lado muy nueva, locomotora de vapor. Se dio cuenta entonces de que su plan había fallado y ya no podía hacer nada por salvar al mundo donde él había vivido, y donde todavía vivía su esposa, de ser destruido por una guerra nuclear. Deprimido por el fracaso decidió descansar y meditar tranquilamente sobre su situación durante unos días antes de dar ningún otro paso. No le seducía la idea de integrarse en un mundo completamente extraño, aunque por otro lado le hubiese resultado muy fácil, ya que el idioma que se hablaba en esa época era un punto intermedio entre el latín primitivo, que él había estudiado concienzudamente y por tanto dominaba a la perfección, y el latín que se hablaba en 1936. Además la posesión de un arma tan poderosa como el Ave Fénix le hubiese permitido convertirse en el soberano de las gentes de esa época, pero él no se sentía tentado por el poder, ni mucho menos por la riqueza. Él quería salvar al mundo de la destrucción pero no tenía ningún deseo de dominarlo. Su única ambición era poder vivir de una forma tranquila junto a su mujer. Tampoco le atraía la idea de convertirse en un turista de la historia y deambular con su nave dando saltos hacia el pasado. Por supuesto que no iba a abandonar la lucha por conseguir que su nave le llevase de vuelta al futuro, pero tenía que hacer algo para que su viaje al futuro no le llevase a un mundo destruido por una guerra atómica. Tenía muy claro que él no era un asesino, pero en la tormenta de ideas que bullía en su cerebro, tomaba cada vez más fuerza la de evitar el desarrollo de la energía nuclear incidiendo sobre aquello que había hecho posible el avance tecnológico de la humanidad, es decir, sobre Jesús, ya que él había sido el que había hecho posible la paz entre los hombres, y esa ausencia de guerras era la que había propiciado el progreso científico y tecnológico. Tal vez no fuese necesario eliminar de la historia a alguien que tanto beneficio iba a traer a la humanidad. Quizás fuese suficiente advertirlo del peligro que iba a suponer, en el futuro, el descubrimiento de los hologramas. Eso podría ser bastante para que él tomase las medidas adecuadas para defenderse.
Decidió viajar a la época en que había vivido Jesús. Sabía que él había celebrado la pascua en Jerusalén cuando tenía treinta y tres años, y eligió ese momento y ese lugar para encontrarlo. Los libros de historia reflejaban esa fecha porque fue entonces cuando Jesús, gracias a la oportuna intervención de su padre, se libró de morir apuñalado por un sicario al que habían contratado sus enemigos. Escudriñó las calles y plazas de Jerusalén, intentando encontrar un grupo de personas que estuviesen escuchando a Jesús, pero no tuvo suerte. Estaba cansado de buscar, cuando de pronto vio a un hombre que corría por una calle. Al llegar a una plaza, Eloy pudo verlo con claridad. Tenía la barba canosa y largo cabello blanco y se parecía mucho a las imágenes que él había visto de Jesús, pero evidentemente era un hombre de más de cincuenta años, y Eloy estaba seguro de no haberse equivocado al fijar las coordenadas. De todas formas, Eloy decidió presentarse ante aquel hombre, y por supuesto lo hizo en forma de holograma, y lo llamó Jesús. Aquel hombre, que estaba jadeando, se detuvo un momento y miró a Eloy con sorpresa. Luego intentó seguir su camino, pero Eloy volvió a hablarle preguntándole abiertamente si era Jesús, pero aquel hombre, que evidentemente no entendía el latín, le contestó en un idioma ininteligible para Eloy, y siguió su camino corriendo desesperadamente. Después de un día de intenso trabajo intentando, sin éxito, contactar con Jesús para comunicarle sus ideas, estaba cansado y deprimido. . Una tormenta de ideas azotaba su mente y cada vez tomaba más fuerza la idea de eliminar definitivamente a Jesús, o incluso la de matar a la madre de Jesús antes de que llegara a concebirlo, para de esa forma evitar su nacimiento. El cansancio ofuscaba su mente y le hacía tomar decisiones erróneas, tanto que llegó a convencerse de que eliminar a María iba a ser la única salida. Fijó, en el panel de control, las coordenadas para viajar a esa época, y se desplazó treinta y cinco años atrás, y viajó a Nazaret, ya que según la tradición, allí había sido concebido Jesús. Era un pueblo pequeño donde no le resultaría difícil encontrarla. Antes de dormirse proyectó la imagen holográfica de Carmen para irse a la cama y, como todas las noches, contemplarla mientras se iba quedando dormido. Esto le ayudaba a relajarse y recapacitar para tomar decisiones sobre lo que iba a hacer el día siguiente. Se quedó dormido contemplando la imagen de Carmen y esa noche soñó con ella. En su sueño su esposa le decía:
־ “Tú no eres un asesino, no debes matar a nadie, además no sabes cuales serían las consecuencias de esa actuación, podría ser peor el remedio que la enfermedad”.
A Carmen se le ocurrió la idea de que intentara contactar con un recaudador de impuestos, ya que ellos deberían conocer el latín para poder entenderse con los romanos. El recaudador podría servirle de intérprete, para conversar con María y advertirle del peligro que iba a suponer para su hijo el descubrimiento de los hologramas.
Al despertar contactó con el publicano que recaudaba los impuestos en Nazaret. Le preguntó por Joaquín y Ana, los padres de María. El recaudador le dijo que esa familia no vivía en Nazaret, pero que en la costa del mar de Galilea, en un lugar llamado Magdala, había unas personas llamadas así, a las que él conocía porque precisamente eran los vecinos del recaudador de aquel pueblo.
CÓMO SE HIZO LA NOVELA
LA HISTORIA DE ELOY
CAPÍTULO 4
Cuando Tomás y María se plantearon la redacción de este capítulo, tenían dos alternativas: que Eloy consiguiese el objetivo que se había propuesto o que fracasase en su intento de salvar al mundo.
Con la primera opción, se habría conseguido un rápido y bonito final feliz de la novela, pero Tomás y María, querían seguir inventando nuevas aventuras y escribiéndolas, y para ello no tenían más remedio que hacer fracasar a Eloy. Los lectores y el público, en caso de obras de teatro o películas, pueden admitir que el protagonista de la obra posea cualidades sobrenaturales, que vuele, que tenga vista de rayos X o que pueda viajar por el tiempo. Incluso disfrutan cuando se dan estos casos, y prueba de ello son la cantidad de obras que han tenido éxito gracias a esto, pero no suelen aceptar que el desarrollo de la narración carezca de lógica.
- Lo lógico -dijo Tomás-, sería que Eloy, tras fracasar en su intento por frenar el desarrollo de los hologramas, intentase evitar el avance de la energía nuclear, pero si tuviese éxito significaría el final de la novela, y eso no es lo que queremos.
- Pero tampoco quisiera que nuestro protagonista fuese un coleccionista de fracasos.
- Por eso haremos que el fracaso de Eloy no se deba a un error suyo, sino a un accidente debido a una interferencia externa ajena a su voluntad. Un campo producido por un tren de levitación magnética.
- Y ¿qué es un tren de levitación magnética?
- Un tren de levitación magnética, o maglev, es un tren suspendido en el aire por encima de una vía, siendo propulsado hacia adelante por medio de las fuerzas repulsivas y atractivas del magnetismo. La ausencia de contacto físico entre el carril y el tren hace que la única fricción sea la del aire. Por consiguiente, los trenes maglev pueden viajar a muy altas velocidades con un bajo nivel de ruido, pudiéndose llegar a alcanzar 650 km/h. Estas altas velocidades hacen que los maglev se conviertan en competidores directos del transporte aéreo. Como inconveniente, destaca el altísimo coste de la infraestructura necesaria para la vía y el sistema eléctrico, lo que ha limitado su uso comercial. Debido a que en la fuerza electromagnética el principal factor de diseño, y también del consumo, es el peso del tren, esta tecnología no es aplicable hoy al transporte de mercancías, lo cual limita enormemente el uso de la carísima infraestructura.
- ¿A qué tiempo y qué lugar llegaría el Ave Fénix después de ese accidente?
- Eso es lo de menos. En todas las novelas de aventuras, hay capítulos que son necesarios para conectar una aventura con otra, pero que sólo sirven como puente entre ellas.
- Si seguimos el orden lógico, después de los hologramas y la energía nuclear, Eloy debería ir en busca de Jesús.
- Eso es lo que hará pero va a encontrarse con la barrera del idioma. Es lógico que Eloy conozca el latín antiguo, pero Jesús es un carpintero de Galilea, y no va a poder entenderse con él. Se me antoja que este desencuentro entre dos personas que no pueden comunicarse, por hablar idiomas distintos, podría convertirse en el episodio de las tentaciones de Jesús, narradas por Mateo en el capítulo 4 de su evangelio. ¿Te lo imaginas?
Tomás leyó a María el citado episodio y luego le relató cómo podría haber sido el encuentro entre Jesús y Eloy.
“Eloy retrocedió varias semanas para buscar a Jesús en Galilea. Se encontró con Jesús en el desierto, pero Jesús no hablaba latín y a Eloy le resultaba muy difícil comunicarse con él. Intentó comunicarse mediante imágenes holográficas, y le mostró algunos alimentos que llevaba en su nave intentando compartir con él su comida y así empezar a ganarse su confianza, pero Jesús que estaba ayunando pensó que aquello era una tentación para que abandonase el ayuno. Luego proyectando su propia imagen, Eloy lo invitó a subir a la nave, cosa a la que Jesús accedió. Lo llevó a Jerusalén, a la parte más alta del Templo, pensando que quedaría impresionado y aceptaría acercarse a él e intentar comunicarse, pero Jesús le hablaba de forma muy clara, y aunque Eloy no podía entenderlo, notaba una actitud de desaprobación y rechazo. Volvió a llevarlo al desierto y tras intentar, en vano, comunicarse con él de todas las formas que se le ocurrían, lo abandonó.”
- No está mal, pero no veo la forma de conectarlo con el resto de la aventura. Me parece mejor, dejar este capítulo como puente, y hacer participar a Eloy en algunas de las muchas aventuras que se narran en la llamada “Historia Sagrada”.
viernes, 15 de octubre de 2010
CAPÍTULO 3, EL PRIMER SALTO ATRÁS
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No sé cómo tienes configurada la pantalla, pero si puedes ver 5 o más pájaros volando en la parte alta, podrás ver que en el margen derecho (tu derecha) están las distintas entradas que corresponden a los 16 capítulos y la introducción. Para acceder a cualquiera de ellos sólo tienes que hacer clic en el capítulo que te interese. No olvides la introducción. El capítulo 1 está en septiembre.
Carmen se llevó las manos a la cara, horrorizada y llena de dolor por la pérdida del ser a quien más quería. Sintió deseos de correr hacia la furgoneta y matar con sus manos al hombre que había disparado, pero a pesar de que las lágrimas inundaban sus ojos y casi le nublaban por completo la visión, pudo ver como era la furgoneta la que se ponía en marcha y se dirigía hacia el lugar donde ella estaba. Entró en la casa, cerró la puerta y se dirigió a la caja fuerte. Al abrirla vio un tocho de papeles y una pistola. Carmen se extrañó de ver aquel arma porque su marido era un hombre pacífico, pero en cambio ella había tenido que aprender a manejarlas como parte de su formación de piloto, así que la empuñó sin vacilaciones.
Carmen se asomó a la ventana y pudo ver cómo la furgoneta paraba frente a su casa y de ella se bajaban dos hombres. Le hubiese gustado matar al que disparó el misil contra su marido, pero no podía saber cual de los dos había sido, además su conciencia no le permitía tomarse la justicia por su mano, pero era evidente que aquellos hombres, que acababan de matar a su marido, no venían precisamente a felicitarla por su onomástica, así que apuntó la pistola sobre uno de ellos y la disparó alcanzándolo en el hombro izquierdo. Mientras el herido caía al suelo, el otro se volvió hacia el vehículo para intentar parapetarse. Carmen hizo un segundo disparo, pero esta vez la bala no alcanzó su objetivo sino que incidió sobre el faro derecho de la furgoneta haciéndolo saltar en mil pedazos. Antes de que Carmen pudiese volver a disparar, el individuo había logrado ponerse a salvo y entraba en la furgoneta por la puerta trasera. Unos segundos más tarde salía de ella y apuntaba a la casa con el tubo lanzamisiles cargado y dispuesto para disparar contra Carmen. El herido, que se arrastraba hacia la furgoneta, le gritó: “¡¡La necesitamos viva!!”. Entonces el que apuntaba conminó a Carmen para que se rindiese.
־ ¡Tira el arma y sal con los brazos en alto!
־ ¡De acuerdo, pero no disparen!
En ese momento, el hombre que apuntaba con el lanzamisiles, se adelantó para ayudar a su compañero, quedando al descubierto por un instante. Hasta aquel día, Carmen nunca había disparado contra un ser humano. Su enemigo habitual era el fuego, pero ella sabía muy bien que al enemigo había que combatirlo lo antes posible y sin darle oportunidad para que ganase posiciones, así que cuando vio que su enemigo apartaba la mirada de ella y se inclinaba sobre su compañero para ayudarlo, disparó su arma alcanzándolo en el hombro derecho. Éste, al sentir el impacto, apretó el disparador del lanzamisiles, con lo que hizo que el misil impactase sobre el suelo entre él y su compañero.
La explosión hizo saltar más de diez metros a la furgoneta y rompió los cristales de la ventana donde estaba Carmen, que afortunadamente salió ilesa, pero sus atacantes desaparecieron en la explosión. Como la casa de Carmen no era visible desde las viviendas de sus vecinos, nadie vio lo que pasó, pero era seguro que todos habrían oído la explosión y que más de uno iba a llamar a la policía. Carmen pensó que también ella debería llamar a la policía para evitar sospechas, pero no podía perder tiempo, ya que, antes de que llegasen, debía eliminar el documento que estaba en la caja fuerte. Tal vez sería mejor que ella no llamase, así tendría más tiempo y siempre podría decir que había quedado aturdida por la explosión. Sacó el tocho de papeles que estaba en la caja fuerte y lo colocó sobre una bandeja de acero inoxidable, luego la puso dentro de la bañera y lo roció con alcohol. Encendió una cerilla y la arrojó sobre la bañera. Una gran llamarada azul se levantó hasta asomar por los bordes de la tina, para rápidamente venirse abajo y quedar solo unos centímetros por encima del documento, que en su primera página tenía un dibujo de la nave y la siguiente inscripción: “El ave fénix puede aparecer y desaparecer, renace de sus cenizas, es inmortal y domina el fuego”. Las llamas azules del alcohol iban dando paso a otras rojas y amarillas que indicaban que el papel estaba empezando a quemarse. Los bordes empezaban a ennegrecerse y a curvarse sobre sí mismos al arder. De repente pudo ver cómo la primera página, que estaba casi quemada, desapareció de forma instantánea dejando visible a la página siguiente. No podía comprender cómo había pasado eso, pero tampoco tenía tiempo para ponerse a reflexionar sobre ello, así que cogió la pistola y los casquillos de las tres balas que había disparado y, tras meterlas en una bolsa de plástico, lo enterró todo en el jardín de la parte trasera de la casa, entre unos macizos de flores. Eso sería suficiente para evitar que lo encontraran si es que hacían un registro de la casa, y al día siguiente tendría tiempo de hacerlo desaparecer desarmando la pistola y arrojando sus piezas en distintos puntos del río. Cuando volvió a la casa, el tocho de papeles había ardido por completo. Tomó una toalla para no quemarse las manos y sacó la bandeja de la bañera. Al volverse vio una hoja de papel que estaba apoyada sobre el espejo y sujetada por un bote de colonia. Era la primera página del documento que ella acababa de quemar, la que, unos minutos antes, había desaparecido misteriosamente ante sus ojos. Se veía claramente que había sido arrancada, y con la letra de su marido estaba escrita la siguiente frase: “Conseguí escapar del misil volviendo atrás en el tiempo, han sido sólo unas horas, pero me ha servido para salvar la vida y para comprobar que la nave funciona. Ahora sé que podré cumplir mi misión, después intentaré reunirme contigo en el futuro, pero recuerda que sea cual sea el tiempo en que me encuentre, seguiré siempre enamorado de ti”.
Había también una posdata que decía: “No olvides destruir también esta página”.
Carmen rompió esta página y la arrojó, junto con las cenizas, al inodoro.
Justo antes de que el misil alcanzara la posición de la nave, Eloy había logrado que el Ave Fénix saltara al pasado. El calor generado por este salto atrás provocó la explosión del misil, dando la sensación de que había alcanzado su objetivo. Eloy había retrocedido ocho horas y, contraviniendo sus propias normas, salió de la nave para arrancar la primera hoja del documento y poder dejar a su esposa un mensaje de esperanza.
CÓMO SE HIZO LA NOVELA
LA HISTORIA DE ELOY
CAPÍTULO 3
Al llegar las vacaciones, María estaba deseando continuar la aventura que su padre y ella habían comenzado a escribir hacía un año. Lo primero que hizo fue pregunta a su padre si se le había ocurrido alguna idea para salvar Eloy de la explosión del misil.
- ¿Cómo vamos a hacer para salvar a Eloy?
- Antes tendremos que pensar en la forma de salvar a Carmen, porque los que han atentado contra su marido son unos asesinos profesionales, y no querrán dejar libre a ningún testigo de sus fechorías.
- Me ha parecido bien la forma en que ella se ha salvado, pero ¿por qué tenía que saber manejar una pistola si vivía en un mundo de paz?
- Esa es una buena pregunta, pero en primer lugar debes recordar que desde hacía algunos años su mundo había dejado de ser pacífico, pero además, un piloto puede verse obligado a hacer un aterrizaje forzoso o incluso a abandonar su aparato lanzándose en paracaídas y, en esos casos, podría tener que usarla para defenderse del ataque de algún animal salvaje.
- Si se ha entrenado para disparar una pistola, ¿por qué falla cuando dispara contra sus enemigos?
- En las películas, estamos acostumbrados a ver cómo “el bueno” es capaz de escapar ileso de una lluvia de disparos lanzados por sus enemigos, mientras que él los elimina usando un solo disparo contra cada uno. Pero yo quisiera que los personajes de nuestra aventura fuesen lo más reales posible, aunque vivan en un mundo irreal. Por otro lado, para una buena persona, como es Carmen, debe ser muy difícil matar, a sangre fría, a un ser humano. Pero dejaremos que sea cada lector el que decida si Carmen falla, o no, al disparar. De lo contrario, entraríamos a debatir el tema de la defensa propia, y creo que no debemos hacerlo, al menos en este capítulo.
- De acuerdo, dejemos ese tema y volvamos a la forma en que salvas a Eloy. Tú has dicho alguna vez, que viajar al pasado es imposible. ¿Por qué lo permitimos en nuestra aventura?
- Lo que yo he dicho es que el viaje en el tiempo es una posibilidad teórica, condicionada a la posibilidad de desplazarse a la velocidad de la luz, lo que hoy por hoy es imposible. En todo caso sólo se podría viajar al futuro, pero no al pasado. Pero renunciar a esta posibilidad en la ficción, sería renunciar a un mayor entretenimiento del lector. Por eso los viajes en el tiempo aparecen en tantas novelas y películas, sin que nadie se haya quejado de ello. Afortunadamente, hemos podido ver, al final de este capítulo, que el Ave Fénix no sólo no se destruyó sino que ha logrado viajar al pasado, sin lo cual no sería posible continuar nuestra novela.
No sé cómo tienes configurada la pantalla, pero si puedes ver 5 o más pájaros volando en la parte alta, podrás ver que en el margen derecho (tu derecha) están las distintas entradas que corresponden a los 16 capítulos y la introducción. Para acceder a cualquiera de ellos sólo tienes que hacer clic en el capítulo que te interese. No olvides la introducción. El capítulo 1 está en septiembre.
Carmen se llevó las manos a la cara, horrorizada y llena de dolor por la pérdida del ser a quien más quería. Sintió deseos de correr hacia la furgoneta y matar con sus manos al hombre que había disparado, pero a pesar de que las lágrimas inundaban sus ojos y casi le nublaban por completo la visión, pudo ver como era la furgoneta la que se ponía en marcha y se dirigía hacia el lugar donde ella estaba. Entró en la casa, cerró la puerta y se dirigió a la caja fuerte. Al abrirla vio un tocho de papeles y una pistola. Carmen se extrañó de ver aquel arma porque su marido era un hombre pacífico, pero en cambio ella había tenido que aprender a manejarlas como parte de su formación de piloto, así que la empuñó sin vacilaciones.
Carmen se asomó a la ventana y pudo ver cómo la furgoneta paraba frente a su casa y de ella se bajaban dos hombres. Le hubiese gustado matar al que disparó el misil contra su marido, pero no podía saber cual de los dos había sido, además su conciencia no le permitía tomarse la justicia por su mano, pero era evidente que aquellos hombres, que acababan de matar a su marido, no venían precisamente a felicitarla por su onomástica, así que apuntó la pistola sobre uno de ellos y la disparó alcanzándolo en el hombro izquierdo. Mientras el herido caía al suelo, el otro se volvió hacia el vehículo para intentar parapetarse. Carmen hizo un segundo disparo, pero esta vez la bala no alcanzó su objetivo sino que incidió sobre el faro derecho de la furgoneta haciéndolo saltar en mil pedazos. Antes de que Carmen pudiese volver a disparar, el individuo había logrado ponerse a salvo y entraba en la furgoneta por la puerta trasera. Unos segundos más tarde salía de ella y apuntaba a la casa con el tubo lanzamisiles cargado y dispuesto para disparar contra Carmen. El herido, que se arrastraba hacia la furgoneta, le gritó: “¡¡La necesitamos viva!!”. Entonces el que apuntaba conminó a Carmen para que se rindiese.
־ ¡Tira el arma y sal con los brazos en alto!
־ ¡De acuerdo, pero no disparen!
En ese momento, el hombre que apuntaba con el lanzamisiles, se adelantó para ayudar a su compañero, quedando al descubierto por un instante. Hasta aquel día, Carmen nunca había disparado contra un ser humano. Su enemigo habitual era el fuego, pero ella sabía muy bien que al enemigo había que combatirlo lo antes posible y sin darle oportunidad para que ganase posiciones, así que cuando vio que su enemigo apartaba la mirada de ella y se inclinaba sobre su compañero para ayudarlo, disparó su arma alcanzándolo en el hombro derecho. Éste, al sentir el impacto, apretó el disparador del lanzamisiles, con lo que hizo que el misil impactase sobre el suelo entre él y su compañero.
La explosión hizo saltar más de diez metros a la furgoneta y rompió los cristales de la ventana donde estaba Carmen, que afortunadamente salió ilesa, pero sus atacantes desaparecieron en la explosión. Como la casa de Carmen no era visible desde las viviendas de sus vecinos, nadie vio lo que pasó, pero era seguro que todos habrían oído la explosión y que más de uno iba a llamar a la policía. Carmen pensó que también ella debería llamar a la policía para evitar sospechas, pero no podía perder tiempo, ya que, antes de que llegasen, debía eliminar el documento que estaba en la caja fuerte. Tal vez sería mejor que ella no llamase, así tendría más tiempo y siempre podría decir que había quedado aturdida por la explosión. Sacó el tocho de papeles que estaba en la caja fuerte y lo colocó sobre una bandeja de acero inoxidable, luego la puso dentro de la bañera y lo roció con alcohol. Encendió una cerilla y la arrojó sobre la bañera. Una gran llamarada azul se levantó hasta asomar por los bordes de la tina, para rápidamente venirse abajo y quedar solo unos centímetros por encima del documento, que en su primera página tenía un dibujo de la nave y la siguiente inscripción: “El ave fénix puede aparecer y desaparecer, renace de sus cenizas, es inmortal y domina el fuego”. Las llamas azules del alcohol iban dando paso a otras rojas y amarillas que indicaban que el papel estaba empezando a quemarse. Los bordes empezaban a ennegrecerse y a curvarse sobre sí mismos al arder. De repente pudo ver cómo la primera página, que estaba casi quemada, desapareció de forma instantánea dejando visible a la página siguiente. No podía comprender cómo había pasado eso, pero tampoco tenía tiempo para ponerse a reflexionar sobre ello, así que cogió la pistola y los casquillos de las tres balas que había disparado y, tras meterlas en una bolsa de plástico, lo enterró todo en el jardín de la parte trasera de la casa, entre unos macizos de flores. Eso sería suficiente para evitar que lo encontraran si es que hacían un registro de la casa, y al día siguiente tendría tiempo de hacerlo desaparecer desarmando la pistola y arrojando sus piezas en distintos puntos del río. Cuando volvió a la casa, el tocho de papeles había ardido por completo. Tomó una toalla para no quemarse las manos y sacó la bandeja de la bañera. Al volverse vio una hoja de papel que estaba apoyada sobre el espejo y sujetada por un bote de colonia. Era la primera página del documento que ella acababa de quemar, la que, unos minutos antes, había desaparecido misteriosamente ante sus ojos. Se veía claramente que había sido arrancada, y con la letra de su marido estaba escrita la siguiente frase: “Conseguí escapar del misil volviendo atrás en el tiempo, han sido sólo unas horas, pero me ha servido para salvar la vida y para comprobar que la nave funciona. Ahora sé que podré cumplir mi misión, después intentaré reunirme contigo en el futuro, pero recuerda que sea cual sea el tiempo en que me encuentre, seguiré siempre enamorado de ti”.
Había también una posdata que decía: “No olvides destruir también esta página”.
Carmen rompió esta página y la arrojó, junto con las cenizas, al inodoro.
Justo antes de que el misil alcanzara la posición de la nave, Eloy había logrado que el Ave Fénix saltara al pasado. El calor generado por este salto atrás provocó la explosión del misil, dando la sensación de que había alcanzado su objetivo. Eloy había retrocedido ocho horas y, contraviniendo sus propias normas, salió de la nave para arrancar la primera hoja del documento y poder dejar a su esposa un mensaje de esperanza.
CÓMO SE HIZO LA NOVELA
LA HISTORIA DE ELOY
CAPÍTULO 3
Al llegar las vacaciones, María estaba deseando continuar la aventura que su padre y ella habían comenzado a escribir hacía un año. Lo primero que hizo fue pregunta a su padre si se le había ocurrido alguna idea para salvar Eloy de la explosión del misil.
- ¿Cómo vamos a hacer para salvar a Eloy?
- Antes tendremos que pensar en la forma de salvar a Carmen, porque los que han atentado contra su marido son unos asesinos profesionales, y no querrán dejar libre a ningún testigo de sus fechorías.
- Me ha parecido bien la forma en que ella se ha salvado, pero ¿por qué tenía que saber manejar una pistola si vivía en un mundo de paz?
- Esa es una buena pregunta, pero en primer lugar debes recordar que desde hacía algunos años su mundo había dejado de ser pacífico, pero además, un piloto puede verse obligado a hacer un aterrizaje forzoso o incluso a abandonar su aparato lanzándose en paracaídas y, en esos casos, podría tener que usarla para defenderse del ataque de algún animal salvaje.
- Si se ha entrenado para disparar una pistola, ¿por qué falla cuando dispara contra sus enemigos?
- En las películas, estamos acostumbrados a ver cómo “el bueno” es capaz de escapar ileso de una lluvia de disparos lanzados por sus enemigos, mientras que él los elimina usando un solo disparo contra cada uno. Pero yo quisiera que los personajes de nuestra aventura fuesen lo más reales posible, aunque vivan en un mundo irreal. Por otro lado, para una buena persona, como es Carmen, debe ser muy difícil matar, a sangre fría, a un ser humano. Pero dejaremos que sea cada lector el que decida si Carmen falla, o no, al disparar. De lo contrario, entraríamos a debatir el tema de la defensa propia, y creo que no debemos hacerlo, al menos en este capítulo.
- De acuerdo, dejemos ese tema y volvamos a la forma en que salvas a Eloy. Tú has dicho alguna vez, que viajar al pasado es imposible. ¿Por qué lo permitimos en nuestra aventura?
- Lo que yo he dicho es que el viaje en el tiempo es una posibilidad teórica, condicionada a la posibilidad de desplazarse a la velocidad de la luz, lo que hoy por hoy es imposible. En todo caso sólo se podría viajar al futuro, pero no al pasado. Pero renunciar a esta posibilidad en la ficción, sería renunciar a un mayor entretenimiento del lector. Por eso los viajes en el tiempo aparecen en tantas novelas y películas, sin que nadie se haya quejado de ello. Afortunadamente, hemos podido ver, al final de este capítulo, que el Ave Fénix no sólo no se destruyó sino que ha logrado viajar al pasado, sin lo cual no sería posible continuar nuestra novela.
jueves, 7 de octubre de 2010
CAPÍTULO 2, EL AVE FÉNIX
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No sé cómo tienes configurada la pantalla, pero si puedes ver 5 o más pájaros volando en la parte alta, podrás ver que en el margen derecho (tu derecha) están las distintas entradas que corresponden a los 16 capítulos y la introducción. Para acceder a cualquiera de ellos sólo tienes que hacer clic en el capítulo que te interese. No olvides la introducción. El capítulo 1 está en septiembre.
Carmen no podía dar crédito a lo que había visto y oído, pero decidió hacer caso a lo que le pedía su marido, aunque se hubiese presentado ante ella como un fantasma. Cuando el otro avión se situó en posición para observar el ala izquierda del que pilotaba Carmen, la luz había desaparecido. Los radares indicaban que aquel objeto, estático hasta entonces, se movía ahora con gran velocidad alejándose de la ruta de la escuadrilla, así que Carmen dijo a sus compañeros que la luz debía deberse a un extraño reflejo. Por supuesto, no comentó que había visto y oído a su marido, y, como no tenía sentido perseguir a un objeto que se movía a una velocidad muy superior a la alcanzable por sus aviones, todos regresaron a la base, donde se limitaron a añadir en el informe correspondiente a la extinción del incendio forestal, la aparición en los radares de un objeto volador no identificado.
Carmen estaba segura de que había sufrido una alucinación, posiblemente por fatiga, pero por si acaso, cambió sus planes y volvió a casa en lugar de acudir a la de sus padres.
La ciudad estaba rodeada por tres autopistas concéntricas: La primera estaba al borde de la muralla, que aún conservaba la parte romana, construida por Julio César, en el siglo I antes de Cristo, y que había sido ampliada en varias ocasiones para permitir el crecimiento de la ciudad a medida que el meandro del río iba desplazándose hacia el oeste. Esta muralla sirvió para proteger a la ciudad de las grandes avenidas del río Betis, hasta que se construyeron los embalses que domesticaron al río. La segunda, de seis carriles en cada sentido, se encontraba a dos kilómetros de la primera, y entre ambas estaban las viviendas de la mayor parte de la población. Mil metros más alejada del centro de la ciudad, se encontraba la tercera, cuya función era desviar de la ciudad a los vehículos que iban de paso. Entre la segunda y la tercera, se encontraba la gran corona verde, un parque peri urbano de un kilómetro de ancho, poblado de bosques de encinas, alcornoques y pinos, entre los que estaban situadas las piscinas, campos de fútbol y otras muchas instalaciones deportivas para el recreo de los hispalenses.
La casa de Carmen, era un chalet que estaba en las afueras de la ciudad, cerca del tercer anillo de circunvalación, al igual que la base aérea, pero situada en un punto casi diametralmente opuesto a ésta.
Carmen conducía un pequeño vehículo biplaza, que impulsado por sus motores eléctricos, circulaba a cien kilómetros por hora, por la autopista del tercer anillo, y entre los grandes camiones propulsados por motores de hidrógeno, parecía un conejo entre una manada de elefantes. Conectó el piloto automático y llamó a casa de sus padres para decirles que no podría llegar a la hora prevista.
־ ¿Cuánto vas a tardar?
־ No puedo decírtelo con exactitud. Espero que menos de una hora, pero si surgen complicaciones tal vez ni siquiera pueda ir.
־ Sería una pena porque ha venido tu bisabuelo.
־ Puedo hablar con él.
־ Ahora está jugando al golf con tu padre.
El bisabuelo de Carmen tenía noventa años, pero podía moverse con agilidad gracias al uso de un exoesqueleto mecánico, una liviana armadura que sostenía su espalda y abrazaba sus extremidades, a las que movía con pequeños motores eléctricos alimentados por una batería que portaba en una mochila. Para nada era un artilugio pesado ya que no era el hombre quien portaba al exoesqueleto, sino el exoesqueleto el que portaba al hombre.
־ Bueno, intentaré resolver las cosas cuanto antes para poder reunirme con vosotros. Si no, ya te volveré a llamar.
Cuando llegó a su casa, encontró junto a la puerta la misma imagen que, apenas una hora antes, había visto sobre el ala de su avión. Era un holograma de Eloy, su marido.
- ¿Qué es esto?- preguntó sorprendida, pero segura de que la fatiga no era la causa de aquella aparición.
- Se trata del “Ave Fénix”- contestó el holograma de Eloy.
Eloy era ingeniero aeronáutico y había participado en el desarrollo del FF-24, pero los últimos años los había pasado trabajando en un proyecto secreto llamado Ave Fénix, que sólo conocían él y su mujer, o al menos, ella lo creía así, pero ahora iba a comprobar que la parte principal del proyecto había permanecido oculta incluso para ella.
El Ave Fénix era una nave que utilizaba como fuente de energía el Sol y el campo magnético de la Tierra, es decir, unas fuentes inagotables. Era capaz de permanecer estática flotando en el aire y también de navegar por debajo del agua. Estaba construida con una aleación especial que la hacía resistente al fuego y a cualquier tipo de impacto. Era por ello que Carmen creía que se trataba de un arma especial para la lucha contra los incendios forestales, y había apoyado a su marido en la primera etapa de su investigación. Sin embargo, su interés por la investigación cesó cuando su marido dotó a la nave de un sofisticado sistema de captación de imágenes, y reproducción de las mismas a través de hologramas, pues a su parecer, ello retrasaría demasiado la puesta en servicio de lo que podía ser un poderoso instrumento en la lucha contra el fuego, y que ella estaba deseando usar cuanto antes.
- Bien, aquí me tienes, supongo que querrás comunicarme que el Ave Fénix está por fin terminada. Éste es el regalo que me haces por el día de mi onomástica, ¿verdad?
- Efectivamente, quiero hablarte del Ave Fénix. En la caja fuerte tienes una copia en papel del proyecto completo, es decir, con la última fase, que es absolutamente nueva para ti.
- ¿Qué otro accesorio inútil le has puesto a la nave? -contestó Carmen, visiblemente enojada, ya que sabía que ello había retrasado más de un año su utilización.
- Esta nave es capaz de viajar en el tiempo.
La expresión de enfado que había en la cara de Carmen cambió radicalmente, mostrando en un instante sorpresa, incredulidad y, a la vez, una tremenda esperanza de que efectivamente fuese verdad lo que le decía su marido, ya que si la nave pudiese retroceder en el tiempo, aunque fuese sólo una hora, se podrían atacar los incendios en su inicio, haciendo muy fácil su extinción.
- Si realmente funcionase, sería el mejor regalo que me podrías hacer.
- En teoría es capaz de viajar al pasado, pero nunca lo he hecho, porque aún no he resuelto el problema de viajar al futuro, y necesito hacerlo para poder volver al presente.
- No te preocupes, estoy segura de que lograrás resolverlo, pero ¿por qué me has hecho venir a casa? Esto mismo me lo podrías haber dicho en casa de mis padres, y en persona, no a través de un holograma.
- El motivo ha sido que, aunque mi intención inicial era regalarte la copia que está en la caja fuerte, ha surgido algo que me obliga a pedirte que la quemes ahora mismo y destruyas sus cenizas arrojándolas por el inodoro.
- ¿Qué ha ocurrido?
La humanidad había vivido una larga etapa de paz y progreso desde que Jesús anunció su mensaje de amor. La presencia visible de su espíritu entre los hombres había mantenido viva la fe en su palabra, pero el descubrimiento del holograma hizo dudar a la gente, ya que era fácil hacer aparecer imágenes de Jesús promulgando mensajes contradictorios, que podían resultar muy beneficiosos para aquél que los emitía. El periodo de paz terminó y la humanidad se dividió en dos bandos, que mantenían un equilibrio inestable de poder apoyados en el uso, con fines bélicos, de una energía que hasta entonces había proporcionado al ser humano una gran cantidad de beneficios, la energía nuclear.
- Uno de los dos bandos ha descubierto mi proyecto y pretende robármelo.
- ¿Qué podemos hacer para evitarlo?
- Inicialmente pensaba viajar al pasado para tratar de impedir el desarrollo de la energía nuclear, pero eso me iba a resultar muy difícil y nos privaría de los muchos beneficios que se han derivado de esa tecnología, por ello creo que sería más fácil y eficaz impedir el descubrimiento del holograma.
- Pero tendrás que dar un salto de cien años atrás y aún no sabes como volver.
- Ya encontraré la forma, es solo un problema de programación.
- No lo hagas. Es demasiado arriesgado.
- He tomado todas las medidas necesarias para garantizar mi seguridad.
- ¿Cuáles son esas medidas de seguridad que vas a tomar?
- Nunca saldré de la nave que, si fuese preciso, dispone de todo lo necesario para sobrevivir. Su rayo láser me permitirá cazar, y un brazo articulado me permitirá alcanzar las frutas de los árboles, aunque no es mi intención estar demasiado tiempo sin volver al presente.
- ¿Qué harás si al llegar al pasado quedas aprisionado en el interior de alguna edificación que esté ocupando el espacio del que partiste?
- Ya he pensado en ello y por eso he impuesto la condición de estar situado a mil metros de altura en el momento de iniciar un viaje en el tiempo.
- Si actúas sobre los hechos producidos en el pasado, podrías cambiar el presente de forma irreversible.
- Yo pienso que la historia es como un río que corre por su cauce y que cualquier pequeña actuación en un punto de su curso tendrá poca influencia río abajo, e incluso las grandes actuaciones que se realicen en las proximidades de su nacimiento, afectarían muy poco a lo que pase en su desembocadura.
- Son dos teorías opuestas que por supuesto nadie ha podido comprobar, pero por si acaso soy yo la que tiene razón, será mejor que te limites a pequeñas actuaciones. Prométeme que nunca matarás a nadie, ni tampoco salvarás la vida de alguien que esté a punto de morir, aunque te resulte muy sencillo y por muy justo que te parezca.
- No creo que debas preocuparte tanto. Me esconderé durante algún tiempo y, hasta que no encuentre la forma de volver al presente, no realizaré mi viaje al pasado para impedir el descubrimiento de los hologramas. Cuando vuelva, el mundo estará en paz y mi invento será un arma eficaz contra los incendios forestales.
- Cuando vuelvas querría saber todo lo que te haya pasado, así que me gustaría que grabases un diario de a bordo, donde todas las noches registrases los acontecimientos de esa jornada. Yo estaré esperándote, y para que no te olvides, me gustaría que llevases siempre este anillo.
Dijo Carmen, mostrándole una sortija que llevaba siempre y que había pasado de madres a hijas durante varias generaciones de su familia.
- Querría que lo llevases contigo y además querría darte un beso de despedida.
La nave de Eloy salió de la nube que la ocultaba y se acercó para que éste pudiese despedirse de su esposa y alcanzar el anillo que le ofrecía. El Ave Fénix era como un gran tetraedro plateado de unos cinco metros de lado, con una franja transparente de dos metros de altura en la zona central, en la que se podía ver a Eloy pilotando aquel extraño artefacto. Se acercaba lentamente hacia la casa sin hacer ningún tipo de ruido. Un sonido lejano, rompió el silencio reinante hasta aquel momento y, entonces, Carmen vio como se abría la puerta delantera derecha de una furgoneta negra, que se encontraba estacionada a unos doscientos metros de la entrada a su casa, y salía de ella un hombre que rápidamente se dirigió a la parte posterior para abrir el portón trasero. Unos minutos antes, cuando estaba llegando a su casa, se había extrañado de ver aquella furgoneta estacionada en una zona donde no había ningún edificio, pero estaba demasiado confusa por la extraña aparición de su marido y no le dio mayor importancia.
Carmen veía, admirada, como se aproximaba la nave que había construido su marido, pero sin dejar de observar lo que hacía el hombre que había salido de la furgoneta negra y que ahora estaba apuntando a la nave con un tubo como si tratara de verla con un gran catalejo. Trató de advertir a Eloy, pero era demasiado tarde. Una nube de humo salió por la parte trasera del tubo que sostenía aquel hombre, mientras por la boca del tubo salía un proyectil que volaba rápidamente hacia el Ave Fénix.
- ¡Cuidado te han lanzado un misil por estribor!
Eloy miró a su derecha y, al darse cuenta de que iban a derribarlo, inició una brusca maniobra de evasión, acelerando al máximo y elevándose para tratar de evitar la inminente colisión, pero el misil modificaba su trayectoria y perseguía al Ave Fénix acercándose peligrosamente a ella. Carmen pudo ver con horror, como el misil llegaba hasta el lugar donde se encontraba la nave y se producía una gran explosión.
CÓMO SE HIZO LA NOVELA
LA HISTORIA DE ELOY
CAPÍTULO 2
Al llegar las vacaciones de Navidad, la pequeña María estaba deseando escribir otra aventura con su padre. Por supuesto, tendría que ser continuación de la que escribieron en las vacaciones de verano. Allí, la protagonista era una mujer muy parecida a su madre y, al final de la aventura había aparecido el marido de la protagonista que, naturalmente María quería que participase en este segundo capítulo y que se pareciese a su padre.
- En esta aventura tiene que participar el marido de Carmen, y tiene que ser como tú.
- Me parece bien que él participe en la aventura, pero no me parece buena idea el que se parezca a mí. Un escritor que se convierte en personaje de uno de sus libros, corre el riesgo de hacerse protagonista principal y absoluto, olvidándose de los demás y convertirse en el bueno de la historia. Yo pienso que cualquier personaje, como cualquier persona, debe tener actuaciones buenas y malas, acertadas y erróneas, que hay que darles a todos la oportunidad de desarrollarse, expresarse y realizarse.
- Pero se llamará Tomás como tú.
- Ni siquiera dejaré que se llame como yo, y no describiremos sus características físicas, para que cada lector se haga su propia idea.
- Estoy de acuerdo, pero no podemos dejar que cada lector se haga su propia idea respecto a las características de su alma.
- Este personaje va a manejar una máquina del tiempo, y eso conlleva una gran responsabilidad. Si viaja al pasado, cada una de sus actuaciones podría repercutir en la vida de los que ha dejado en el presente, y en su propia vida si es que consigue regresar. La duda estará presente en todas sus decisiones, y hay quien dice que ante la duda lo mejor es abstenerse, pero él no podrá acogerse a esa opción. Se sentirá como alguien que desciende por un río de aguas turbulentas y que constantemente tiene que estar tomando decisiones. Tendrá la seguridad de que algunas de sus decisiones, posiblemente muchas, van a ser erróneas, y a la vez, tendrá la incertidumbre de no saber cuáles han sido las acertadas y cuáles las erróneas. Esta duda permanente supondrá un tormento tan grande para su alma, que no sé si podrá resistirlo. Si no queremos que acabe suicidándose, tendremos que encontrar la forma de librarlo de esa tortura.
- ¿Por qué lo matas al final del capítulo? Es cierto que así lo libraremos de la tortura, pero nos hemos quedado sin un personaje que, en mi opinión debiera ser uno de los principales protagonistas.
- Cuando Eloy dice: “Yo pienso que la historia es como un río que corre por su cauce y que cualquier pequeña actuación en un punto de su curso tendrá poca influencia río abajo, e incluso las grandes actuaciones que se realicen en las proximidades de su nacimiento, afectarían muy poco a lo que pase en su desembocadura”, está intentando librarse de su responsabilidad y, por tanto de su tortura. En cuanto a la forma de acabar el capítulo, creo que nos motivará para empezar la redacción del siguiente. De aquí a las próximas vacaciones pensaremos qué podemos hacer.
- Hay algunas cosas que aparecen en este capítulo, que no entiendo muy bien, y me gustaría que me las explicases. ¿Por qué describes la forma de la ciudad, y por qué mencionas el vehículo eléctrico, los motores de hidrógeno y eso tan raro de exoesqueleto? Y sobre todo ¿qué es un holograma?
- Quiero destacar que, desde que Jesús empezó a predicar su mensaje, la humanidad había vivido un periodo de 1900 años de paz. Por eso las ampliaciones de la muralla eran simplemente para defenderla de las avenidas del río. De hecho la ciudad se llama Híspalis porque ese nombre latino significa sobre palos, y así es como estaba la ciudad cuando llegaron los romanos, ya que, según cuenta la leyenda: Hércules tuvo la idea de construir los edificios sobre palos para que así quedasen a salvo de las inundaciones que se producían en esta zona todos los otoños, pero Julio César quiso construir aquí una ciudad al estilo romano y para ello tuvo que protegerla del río con una muralla. En cuanto al cinturón verde, que rodea la ciudad entre las autopistas dos y tres, y el uso de motores no contaminantes como los eléctricos y los de hidrógeno, son ideas ecologistas que ya están inventadas pero que no se han llegado a desarrollar en nuestro mundo pero que tendrían que existir en un mundo mejor, como es el de nuestra novela. Respecto al exoesqueleto y los hologramas, me gustaría explicártelo cuando hallamos avanzado más en la novela, para entonces habrán pasado varios años y lo podrás comprender mejor.
Ocho años más tarde, cuando María tenía catorce, Tomás se conectaría a INTERNET y le mostraría a María los siguientes artículos.
“25-Octubre-2004: Lokomat, un exoesqueleto para personas con parálisis motriz.
Hasta ahora las personas con parálisis motriz debida a daños en la columna vertebral solo podían desplazarse con sillas de ruedas motorizadas, pero un nuevo dispositivo, llamado Lokomat, podría abrirles unas nuevas puertas a la esperanza.
Este dispositivo es una especie de exoesqueleto que, una vez fijado a las piernas del paciente, le permite desplazarse bípedamente aunque sea a velocidades muy reducidas.
Pero no solo acaba ahí su uso, sino que también sirve para que el paciente ejercite sus piernas, aumentando su masa muscular. Con el Lokomat la rehabilitación se hará mucho menos pesada puesto que reduce la necesidad de tener varios fisioterapeutas que muevan los músculos y piernas de los pacientes ya que de ello se encargará este exoesqueleto automáticamente”.
“Holograma, método de obtener imágenes fotográficas tridimensionales. Las imágenes se crean sin lente alguna, por lo que esta técnica también se denomina fotografía sin lente. Las grabaciones reciben el nombre de hologramas (en griego, holos, 'todo'; gram, 'mensaje'). Los principios teóricos de la holografía fueron desarrollados por el físico británico de origen húngaro Dennis Gabor en 1947. La primera producción real de hologramas tuvo lugar a principios de la década de 1960 una vez disponible el láser. A finales de la década de 1980 se comenzó la fabricación de hologramas en color”.
No sé cómo tienes configurada la pantalla, pero si puedes ver 5 o más pájaros volando en la parte alta, podrás ver que en el margen derecho (tu derecha) están las distintas entradas que corresponden a los 16 capítulos y la introducción. Para acceder a cualquiera de ellos sólo tienes que hacer clic en el capítulo que te interese. No olvides la introducción. El capítulo 1 está en septiembre.
Carmen no podía dar crédito a lo que había visto y oído, pero decidió hacer caso a lo que le pedía su marido, aunque se hubiese presentado ante ella como un fantasma. Cuando el otro avión se situó en posición para observar el ala izquierda del que pilotaba Carmen, la luz había desaparecido. Los radares indicaban que aquel objeto, estático hasta entonces, se movía ahora con gran velocidad alejándose de la ruta de la escuadrilla, así que Carmen dijo a sus compañeros que la luz debía deberse a un extraño reflejo. Por supuesto, no comentó que había visto y oído a su marido, y, como no tenía sentido perseguir a un objeto que se movía a una velocidad muy superior a la alcanzable por sus aviones, todos regresaron a la base, donde se limitaron a añadir en el informe correspondiente a la extinción del incendio forestal, la aparición en los radares de un objeto volador no identificado.
Carmen estaba segura de que había sufrido una alucinación, posiblemente por fatiga, pero por si acaso, cambió sus planes y volvió a casa en lugar de acudir a la de sus padres.
La ciudad estaba rodeada por tres autopistas concéntricas: La primera estaba al borde de la muralla, que aún conservaba la parte romana, construida por Julio César, en el siglo I antes de Cristo, y que había sido ampliada en varias ocasiones para permitir el crecimiento de la ciudad a medida que el meandro del río iba desplazándose hacia el oeste. Esta muralla sirvió para proteger a la ciudad de las grandes avenidas del río Betis, hasta que se construyeron los embalses que domesticaron al río. La segunda, de seis carriles en cada sentido, se encontraba a dos kilómetros de la primera, y entre ambas estaban las viviendas de la mayor parte de la población. Mil metros más alejada del centro de la ciudad, se encontraba la tercera, cuya función era desviar de la ciudad a los vehículos que iban de paso. Entre la segunda y la tercera, se encontraba la gran corona verde, un parque peri urbano de un kilómetro de ancho, poblado de bosques de encinas, alcornoques y pinos, entre los que estaban situadas las piscinas, campos de fútbol y otras muchas instalaciones deportivas para el recreo de los hispalenses.
La casa de Carmen, era un chalet que estaba en las afueras de la ciudad, cerca del tercer anillo de circunvalación, al igual que la base aérea, pero situada en un punto casi diametralmente opuesto a ésta.
Carmen conducía un pequeño vehículo biplaza, que impulsado por sus motores eléctricos, circulaba a cien kilómetros por hora, por la autopista del tercer anillo, y entre los grandes camiones propulsados por motores de hidrógeno, parecía un conejo entre una manada de elefantes. Conectó el piloto automático y llamó a casa de sus padres para decirles que no podría llegar a la hora prevista.
־ ¿Cuánto vas a tardar?
־ No puedo decírtelo con exactitud. Espero que menos de una hora, pero si surgen complicaciones tal vez ni siquiera pueda ir.
־ Sería una pena porque ha venido tu bisabuelo.
־ Puedo hablar con él.
־ Ahora está jugando al golf con tu padre.
El bisabuelo de Carmen tenía noventa años, pero podía moverse con agilidad gracias al uso de un exoesqueleto mecánico, una liviana armadura que sostenía su espalda y abrazaba sus extremidades, a las que movía con pequeños motores eléctricos alimentados por una batería que portaba en una mochila. Para nada era un artilugio pesado ya que no era el hombre quien portaba al exoesqueleto, sino el exoesqueleto el que portaba al hombre.
־ Bueno, intentaré resolver las cosas cuanto antes para poder reunirme con vosotros. Si no, ya te volveré a llamar.
Cuando llegó a su casa, encontró junto a la puerta la misma imagen que, apenas una hora antes, había visto sobre el ala de su avión. Era un holograma de Eloy, su marido.
- ¿Qué es esto?- preguntó sorprendida, pero segura de que la fatiga no era la causa de aquella aparición.
- Se trata del “Ave Fénix”- contestó el holograma de Eloy.
Eloy era ingeniero aeronáutico y había participado en el desarrollo del FF-24, pero los últimos años los había pasado trabajando en un proyecto secreto llamado Ave Fénix, que sólo conocían él y su mujer, o al menos, ella lo creía así, pero ahora iba a comprobar que la parte principal del proyecto había permanecido oculta incluso para ella.
El Ave Fénix era una nave que utilizaba como fuente de energía el Sol y el campo magnético de la Tierra, es decir, unas fuentes inagotables. Era capaz de permanecer estática flotando en el aire y también de navegar por debajo del agua. Estaba construida con una aleación especial que la hacía resistente al fuego y a cualquier tipo de impacto. Era por ello que Carmen creía que se trataba de un arma especial para la lucha contra los incendios forestales, y había apoyado a su marido en la primera etapa de su investigación. Sin embargo, su interés por la investigación cesó cuando su marido dotó a la nave de un sofisticado sistema de captación de imágenes, y reproducción de las mismas a través de hologramas, pues a su parecer, ello retrasaría demasiado la puesta en servicio de lo que podía ser un poderoso instrumento en la lucha contra el fuego, y que ella estaba deseando usar cuanto antes.
- Bien, aquí me tienes, supongo que querrás comunicarme que el Ave Fénix está por fin terminada. Éste es el regalo que me haces por el día de mi onomástica, ¿verdad?
- Efectivamente, quiero hablarte del Ave Fénix. En la caja fuerte tienes una copia en papel del proyecto completo, es decir, con la última fase, que es absolutamente nueva para ti.
- ¿Qué otro accesorio inútil le has puesto a la nave? -contestó Carmen, visiblemente enojada, ya que sabía que ello había retrasado más de un año su utilización.
- Esta nave es capaz de viajar en el tiempo.
La expresión de enfado que había en la cara de Carmen cambió radicalmente, mostrando en un instante sorpresa, incredulidad y, a la vez, una tremenda esperanza de que efectivamente fuese verdad lo que le decía su marido, ya que si la nave pudiese retroceder en el tiempo, aunque fuese sólo una hora, se podrían atacar los incendios en su inicio, haciendo muy fácil su extinción.
- Si realmente funcionase, sería el mejor regalo que me podrías hacer.
- En teoría es capaz de viajar al pasado, pero nunca lo he hecho, porque aún no he resuelto el problema de viajar al futuro, y necesito hacerlo para poder volver al presente.
- No te preocupes, estoy segura de que lograrás resolverlo, pero ¿por qué me has hecho venir a casa? Esto mismo me lo podrías haber dicho en casa de mis padres, y en persona, no a través de un holograma.
- El motivo ha sido que, aunque mi intención inicial era regalarte la copia que está en la caja fuerte, ha surgido algo que me obliga a pedirte que la quemes ahora mismo y destruyas sus cenizas arrojándolas por el inodoro.
- ¿Qué ha ocurrido?
La humanidad había vivido una larga etapa de paz y progreso desde que Jesús anunció su mensaje de amor. La presencia visible de su espíritu entre los hombres había mantenido viva la fe en su palabra, pero el descubrimiento del holograma hizo dudar a la gente, ya que era fácil hacer aparecer imágenes de Jesús promulgando mensajes contradictorios, que podían resultar muy beneficiosos para aquél que los emitía. El periodo de paz terminó y la humanidad se dividió en dos bandos, que mantenían un equilibrio inestable de poder apoyados en el uso, con fines bélicos, de una energía que hasta entonces había proporcionado al ser humano una gran cantidad de beneficios, la energía nuclear.
- Uno de los dos bandos ha descubierto mi proyecto y pretende robármelo.
- ¿Qué podemos hacer para evitarlo?
- Inicialmente pensaba viajar al pasado para tratar de impedir el desarrollo de la energía nuclear, pero eso me iba a resultar muy difícil y nos privaría de los muchos beneficios que se han derivado de esa tecnología, por ello creo que sería más fácil y eficaz impedir el descubrimiento del holograma.
- Pero tendrás que dar un salto de cien años atrás y aún no sabes como volver.
- Ya encontraré la forma, es solo un problema de programación.
- No lo hagas. Es demasiado arriesgado.
- He tomado todas las medidas necesarias para garantizar mi seguridad.
- ¿Cuáles son esas medidas de seguridad que vas a tomar?
- Nunca saldré de la nave que, si fuese preciso, dispone de todo lo necesario para sobrevivir. Su rayo láser me permitirá cazar, y un brazo articulado me permitirá alcanzar las frutas de los árboles, aunque no es mi intención estar demasiado tiempo sin volver al presente.
- ¿Qué harás si al llegar al pasado quedas aprisionado en el interior de alguna edificación que esté ocupando el espacio del que partiste?
- Ya he pensado en ello y por eso he impuesto la condición de estar situado a mil metros de altura en el momento de iniciar un viaje en el tiempo.
- Si actúas sobre los hechos producidos en el pasado, podrías cambiar el presente de forma irreversible.
- Yo pienso que la historia es como un río que corre por su cauce y que cualquier pequeña actuación en un punto de su curso tendrá poca influencia río abajo, e incluso las grandes actuaciones que se realicen en las proximidades de su nacimiento, afectarían muy poco a lo que pase en su desembocadura.
- Son dos teorías opuestas que por supuesto nadie ha podido comprobar, pero por si acaso soy yo la que tiene razón, será mejor que te limites a pequeñas actuaciones. Prométeme que nunca matarás a nadie, ni tampoco salvarás la vida de alguien que esté a punto de morir, aunque te resulte muy sencillo y por muy justo que te parezca.
- No creo que debas preocuparte tanto. Me esconderé durante algún tiempo y, hasta que no encuentre la forma de volver al presente, no realizaré mi viaje al pasado para impedir el descubrimiento de los hologramas. Cuando vuelva, el mundo estará en paz y mi invento será un arma eficaz contra los incendios forestales.
- Cuando vuelvas querría saber todo lo que te haya pasado, así que me gustaría que grabases un diario de a bordo, donde todas las noches registrases los acontecimientos de esa jornada. Yo estaré esperándote, y para que no te olvides, me gustaría que llevases siempre este anillo.
Dijo Carmen, mostrándole una sortija que llevaba siempre y que había pasado de madres a hijas durante varias generaciones de su familia.
- Querría que lo llevases contigo y además querría darte un beso de despedida.
La nave de Eloy salió de la nube que la ocultaba y se acercó para que éste pudiese despedirse de su esposa y alcanzar el anillo que le ofrecía. El Ave Fénix era como un gran tetraedro plateado de unos cinco metros de lado, con una franja transparente de dos metros de altura en la zona central, en la que se podía ver a Eloy pilotando aquel extraño artefacto. Se acercaba lentamente hacia la casa sin hacer ningún tipo de ruido. Un sonido lejano, rompió el silencio reinante hasta aquel momento y, entonces, Carmen vio como se abría la puerta delantera derecha de una furgoneta negra, que se encontraba estacionada a unos doscientos metros de la entrada a su casa, y salía de ella un hombre que rápidamente se dirigió a la parte posterior para abrir el portón trasero. Unos minutos antes, cuando estaba llegando a su casa, se había extrañado de ver aquella furgoneta estacionada en una zona donde no había ningún edificio, pero estaba demasiado confusa por la extraña aparición de su marido y no le dio mayor importancia.
Carmen veía, admirada, como se aproximaba la nave que había construido su marido, pero sin dejar de observar lo que hacía el hombre que había salido de la furgoneta negra y que ahora estaba apuntando a la nave con un tubo como si tratara de verla con un gran catalejo. Trató de advertir a Eloy, pero era demasiado tarde. Una nube de humo salió por la parte trasera del tubo que sostenía aquel hombre, mientras por la boca del tubo salía un proyectil que volaba rápidamente hacia el Ave Fénix.
- ¡Cuidado te han lanzado un misil por estribor!
Eloy miró a su derecha y, al darse cuenta de que iban a derribarlo, inició una brusca maniobra de evasión, acelerando al máximo y elevándose para tratar de evitar la inminente colisión, pero el misil modificaba su trayectoria y perseguía al Ave Fénix acercándose peligrosamente a ella. Carmen pudo ver con horror, como el misil llegaba hasta el lugar donde se encontraba la nave y se producía una gran explosión.
CÓMO SE HIZO LA NOVELA
LA HISTORIA DE ELOY
CAPÍTULO 2
Al llegar las vacaciones de Navidad, la pequeña María estaba deseando escribir otra aventura con su padre. Por supuesto, tendría que ser continuación de la que escribieron en las vacaciones de verano. Allí, la protagonista era una mujer muy parecida a su madre y, al final de la aventura había aparecido el marido de la protagonista que, naturalmente María quería que participase en este segundo capítulo y que se pareciese a su padre.
- En esta aventura tiene que participar el marido de Carmen, y tiene que ser como tú.
- Me parece bien que él participe en la aventura, pero no me parece buena idea el que se parezca a mí. Un escritor que se convierte en personaje de uno de sus libros, corre el riesgo de hacerse protagonista principal y absoluto, olvidándose de los demás y convertirse en el bueno de la historia. Yo pienso que cualquier personaje, como cualquier persona, debe tener actuaciones buenas y malas, acertadas y erróneas, que hay que darles a todos la oportunidad de desarrollarse, expresarse y realizarse.
- Pero se llamará Tomás como tú.
- Ni siquiera dejaré que se llame como yo, y no describiremos sus características físicas, para que cada lector se haga su propia idea.
- Estoy de acuerdo, pero no podemos dejar que cada lector se haga su propia idea respecto a las características de su alma.
- Este personaje va a manejar una máquina del tiempo, y eso conlleva una gran responsabilidad. Si viaja al pasado, cada una de sus actuaciones podría repercutir en la vida de los que ha dejado en el presente, y en su propia vida si es que consigue regresar. La duda estará presente en todas sus decisiones, y hay quien dice que ante la duda lo mejor es abstenerse, pero él no podrá acogerse a esa opción. Se sentirá como alguien que desciende por un río de aguas turbulentas y que constantemente tiene que estar tomando decisiones. Tendrá la seguridad de que algunas de sus decisiones, posiblemente muchas, van a ser erróneas, y a la vez, tendrá la incertidumbre de no saber cuáles han sido las acertadas y cuáles las erróneas. Esta duda permanente supondrá un tormento tan grande para su alma, que no sé si podrá resistirlo. Si no queremos que acabe suicidándose, tendremos que encontrar la forma de librarlo de esa tortura.
- ¿Por qué lo matas al final del capítulo? Es cierto que así lo libraremos de la tortura, pero nos hemos quedado sin un personaje que, en mi opinión debiera ser uno de los principales protagonistas.
- Cuando Eloy dice: “Yo pienso que la historia es como un río que corre por su cauce y que cualquier pequeña actuación en un punto de su curso tendrá poca influencia río abajo, e incluso las grandes actuaciones que se realicen en las proximidades de su nacimiento, afectarían muy poco a lo que pase en su desembocadura”, está intentando librarse de su responsabilidad y, por tanto de su tortura. En cuanto a la forma de acabar el capítulo, creo que nos motivará para empezar la redacción del siguiente. De aquí a las próximas vacaciones pensaremos qué podemos hacer.
- Hay algunas cosas que aparecen en este capítulo, que no entiendo muy bien, y me gustaría que me las explicases. ¿Por qué describes la forma de la ciudad, y por qué mencionas el vehículo eléctrico, los motores de hidrógeno y eso tan raro de exoesqueleto? Y sobre todo ¿qué es un holograma?
- Quiero destacar que, desde que Jesús empezó a predicar su mensaje, la humanidad había vivido un periodo de 1900 años de paz. Por eso las ampliaciones de la muralla eran simplemente para defenderla de las avenidas del río. De hecho la ciudad se llama Híspalis porque ese nombre latino significa sobre palos, y así es como estaba la ciudad cuando llegaron los romanos, ya que, según cuenta la leyenda: Hércules tuvo la idea de construir los edificios sobre palos para que así quedasen a salvo de las inundaciones que se producían en esta zona todos los otoños, pero Julio César quiso construir aquí una ciudad al estilo romano y para ello tuvo que protegerla del río con una muralla. En cuanto al cinturón verde, que rodea la ciudad entre las autopistas dos y tres, y el uso de motores no contaminantes como los eléctricos y los de hidrógeno, son ideas ecologistas que ya están inventadas pero que no se han llegado a desarrollar en nuestro mundo pero que tendrían que existir en un mundo mejor, como es el de nuestra novela. Respecto al exoesqueleto y los hologramas, me gustaría explicártelo cuando hallamos avanzado más en la novela, para entonces habrán pasado varios años y lo podrás comprender mejor.
Ocho años más tarde, cuando María tenía catorce, Tomás se conectaría a INTERNET y le mostraría a María los siguientes artículos.
“25-Octubre-2004: Lokomat, un exoesqueleto para personas con parálisis motriz.
Hasta ahora las personas con parálisis motriz debida a daños en la columna vertebral solo podían desplazarse con sillas de ruedas motorizadas, pero un nuevo dispositivo, llamado Lokomat, podría abrirles unas nuevas puertas a la esperanza.
Este dispositivo es una especie de exoesqueleto que, una vez fijado a las piernas del paciente, le permite desplazarse bípedamente aunque sea a velocidades muy reducidas.
Pero no solo acaba ahí su uso, sino que también sirve para que el paciente ejercite sus piernas, aumentando su masa muscular. Con el Lokomat la rehabilitación se hará mucho menos pesada puesto que reduce la necesidad de tener varios fisioterapeutas que muevan los músculos y piernas de los pacientes ya que de ello se encargará este exoesqueleto automáticamente”.
“Holograma, método de obtener imágenes fotográficas tridimensionales. Las imágenes se crean sin lente alguna, por lo que esta técnica también se denomina fotografía sin lente. Las grabaciones reciben el nombre de hologramas (en griego, holos, 'todo'; gram, 'mensaje'). Los principios teóricos de la holografía fueron desarrollados por el físico británico de origen húngaro Dennis Gabor en 1947. La primera producción real de hologramas tuvo lugar a principios de la década de 1960 una vez disponible el láser. A finales de la década de 1980 se comenzó la fabricación de hologramas en color”.
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